LA VIDA DE ANDY WARHOL EN INSTANTANEAS

ene2018

Creado en colaboración con la Fundación Andy Warhol, este libro nos muestra cientos de instantáneas del artista que retratan su entorno. Desde autorretratos hasta bodegones, pasando por desnudos anónimos o escenas de la alta sociedad neoyorquina, muñecas Cabbage Patch, retratos de Dolly Parton, Keith Haring o Audrey Hepburn, estas imágenes improvisadas ofrecen una visión única del universo que rodeaba al rey del arte pop.

Está es más que una antología en edición de lujo que recopila centenares de fotos instantáneas realizadas por el artista, que no se separó de sus cámaras Polaroid durante más de 30 años en los que retrató fuera de su zona de confort a distintas celebridades en Estados Unidos. Prediciendo el hedonismo y la inmediatez de Instagram, Warhol consideraba que la función de las imágenes era dar cuenta de dónde estás en cada momento.

Animalario de famosos. En el libro, hay algunas tomas inéditas o nunca impresas, aparecen escenas cotidianas de Warhol, naturaleza muerta o detalles de sus locales, viviendas y los hoteles que tanto le gustaban, y, por supuesto, un amplio catálogo de retratos a famosos.El diario visual que reunió el artista, incluye escenas cotidianas y retratos de personalidades famosas como: Mick Jagger, Hitchcock, Hopper, Saint Laurent, Nicholson, Pelé, Debbie Harry, Basquiat, O. J. Simpson, Pelé, Paloma Picasso, Jean-Paul Gaultier, entre otros.

Años antes de su muerte Warhol escribió un fragmento de lo que significaría la creación de esta bitácora fotográfica: «Una fotografía significa que sé dónde estoy en cada momento. Por eso las hago. Es un diario visual». Esta frase es un lema que podría usarse ahora mismo en redes sociales como Instagram en la que más de 300 millones de usuarios registrados en la plataforma comparten cada día más de 70 millones de imágenes. La mayor parte de ellas son selfies tomadas con el smartphone y exhibidas unos segundos después a los demás.

Warhol era un visionario y desde entonces ya veía venir la era de la frialdad fotográfica, la filosofía del voyeurismo desde que el internet era solamente un sueño y faltaban más de diez años para que alguien colgara la primera página web. Los instrumentos con los que Warhol trabajaba eran muy diferentes, al igual que los diferentes modelos de Polaroid, la cámara instantánea comercializada desde 1937 que auto revelaba las fotos y las imprimía al instante.

El libro Andy Warhol: Polaroids, 1958-1987, publicado en edición de lujo —tapa dura, encuadernación artesanal, cubierta envolvente, 560 páginas y un precio de 100 dólares ó 1, 499 pesos por la empresa Taschen— compila con intención casi integral las imágenes instantáneas con las que el artista intentó narrar visualmente su día a día.

«Con frecuencia de un modo improvisado, las fotos Polaroid de Warhol documentan su época del mismo modo que Instagram refleja la nuestra, moviéndose entre la espontaneidad, la puesta en escena y la representación, y la conexión entre la fotografía y la fama», dicen desde la casa editorial.

También hay Polaroid de obras de Warhol, entre ellas las emblemáticas latas de sopa Campbell, y tres collages de instantáneas que con un mal acabado, componen la figura de cuerpo entero del artista.

LIBRO REVELA IMÁGENES INÉDITAS DE LA COMPLEJA AMISTAD ENTRE ANDY WARHOL Y JEAN-MICHAEL BASQUIAT

Warhol, añaden los editores, fue «un incansable cronista de su vida profesional y personal» que nunca se movía sin una cámara instantánea en las manos, hábito que le permitió reunir «una enorme colección de instantáneas de amigos, amantes, mecenas, famosos, personas poco conocidas, paisajes, todo lo relacionado con la moda y sobre sí mismo».

El tomo, que incluye una cronología de la vida del artista y fichas biográficas de los retratados, contiene un ensayo de Richard B. Woodward, crítico de arte de The New York Times.

El trabajo de edición está a cargo de Reuel Golden, ex editor del British Journal of Photography y editor ejecutivo de Photo District News. Otra frase de Warhol sobre las selfies puede servir para cerrar esta pieza: «Cuando hice mi autorretrato, dejé todas las espinillas. Las espinillas son una condición temporal y no tienen nada que ver con lo que realmente parecen. No se deben omitir las manchas, son parte de la buena imagen».