Lucha libre extrema: historia de los combates sangrientos en el ring
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Lucha libre extrema: historia de los combates sangrientos en el ring

La lucha libre es un deporte que asombra y provoca pasión por su relevancia cultural y la alusión al barrio violento. La fuerza, la técnica, la coreografía y la habilidad mostradas en el cuadrilátero, son dignas de héroes enmascarados que se enfrentan a la personificación del mal. Hablar sobre lucha libre remite de inmediato a sus raíces en México, Japón y Estados Unidos. Si de lucha libre extrema, el origen se sitúa en el país asiático, y su particular gusto por la violencia.

Fueron luchadores y aficionados mexicanos quienes empacaron el color de la lucha libre extrema nipona, en su maleta de regreso a tierras ancestralmente guerreras. De los viajes surgieron las ideas, de la maravilla surgió el espectáculo que dio paso a la creación de empresas productoras dedicadas a ofrecer combates sangrientos en el ring. Lucha más allá de lo libre.

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Orígenes de la lucha libre extrema

La competencia «Frontier Martial-Arts Wrestling» resultó una muestra en escena revolucionaria. Fundada por Atsushi Onita en 1989, se definió como Lucha Libre Hardcore, la antesala de la lucha libre extrema. Las batallas sangrientas se daban entre alambre de púas, con uso de fuego y electricidad. El torneo se mantiene vigente, aunque hay un sector de la afición que asegura que el espectáculo ha decaído en la búsqueda de un estilo de entretenimiento más parecido a la WWE.

En 1995 surgió la BJW: Big Japan Pro Wrestling, promoción japonesa de Lucha libre profesional creada en 1995, enfocada en ofrecer combates peleas com distintos estilos de combate. Por su parte, en Estados Unidos, el Extreme Championship Wrestling y su lucha libre extrema ofrecían eventos exclusivos para adultos, que duraron de 1992 hasta 2001, año en el que el negocio quebró.

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Lucha libre extrema

En 1999 nació el CZW: Combat Zone Wrestling, una competencia que estuvo al borde de la clausura, debido a lo sangrienta de su lucha libre extrema, apaciguada por las quejas de luchadores y espectadores. Escaleras, mesas, alambre de púas y fuego eran las armas que se podían encontrar en estas peleas. El gusto por la violencia en el ring duró sólo tres años: el espectáculo cerró por la brutalidad de los enfrentamientos.

Se dice que la empresa continúa haciendo eventos mensuales en su sede, el ECW Arena. Sin embargo no son televisados como lo eran anteriormente.

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Lucha libre extrema

Lucha libre extrema mexicana

Un público selecto acude ávido de sangre a ver un show de lucha más allá de lo libre. De esa necesidad se originó el «Desastre Total Ultraviolento«, un torneo y empresa productora que consolidó a Tulancingo, Hidalgo, como la cuna de la lucha libre extrema en México. Con sillas, mesas, latas cortadas y lámparas de vidrio, se provocan las heridas y la violencia que enardece a los espectadores que comienzan a aplaudir.

Este tipo de combates eran considerados extremos, pero en México se convirtieron en enfrentamientos ultraviolentos. En la década de los años setenta, en la Arena Coliseo, los martes eran de rudos contra rudos. El ambiente era tan intenso que estaba prohibida la entrada a menores de edad.

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Lucha libre extrema

Para la siguiente década, el hoy extinto Toreo de Cuatro Caminos albergaría los que quizá fueron de los combates extremos más populares. Hogar del trío conocido como «Los Misioneros de la Muerte«, quienes provocarían un infarto que retiraría momentáneamente del ring ¡al mismísimo Santo! Era la época de Sangre Chicana, Perro Aguayo, Los Villanos y Los Brazos.

Desde 2016 en Tultitlán, en el Estado de México, la promotora y organizadora, creada por aficionados a la lucha libre extrema, fundaron la «Zona 23«. Un espacio que reune en un deshuesadero, a cientos de aficionados a la lucha libre extrema, y a los combates de lucha ultraviolenta. La razón: ofrecer un espectáculo de lucha real, sin límites, que no se viera sometida ni atada a los lineamientos de la tradicional lucha libre.

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La verdadera libertad, la del goce del arte de la guerra, de la danza del combate voluntario, se ofrece a manera de ritual. En México la violencia es folklore, los enfrentamientos son combustible, y la lucha libre extrema, una ideología de vida.

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Stephanye Reyes

Periodista en deformación. Humana por imposición, bruja por elección. Ojos defectuosos pero talentosos. Hago fotografía de todo lo que mis miopes ojos ven: Ig:bruja_amapola