Alex Phillips Jr: el fotógrafo de cine con mirada revolucionaria
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Alex Phillips Jr: el fotógrafo de cine con mirada revolucionaria

Hacer las cosas a la mexicana es realizarlas a costa de pruebas y errores. La historia de Alex Phillips Jr, es otra más de esas. Abandonó sus estudios de arquitectura para tomar un curso de fotografía en el Instituto de Artes Fotográficas de Montreal.

A los 20 años decidió seguir los pasos de su padre, el también director de fotografía mexico-canadiense Alex Phillips, quien no resultó complacido con la decisión de su hijo de querer incursionar en la producción cinematográfica.

Dio sus primeros pasos como asistente en documentales y comerciales y se desempeñó también como fotógrafo del presidente Adolfo López Mateos.

Dos años después ocurrió una gran paradoja: en la búsqueda por reducir gastos, el cineasta Servando González buscó a Phillips Jr para trabajar juntos, no precisamente por su talento, sino por el equipo profesional del padre de este último. Así, por accidente y sin ser el propósito original para nadie, se dio su primera gran producción: Yanco.

Yanco obtuvo en 1961 el Premio Ónix a la mejor fotografía en el Festival Cinematográfico del Instituto Cultural de la Universidad Iberoamericana.

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Alex Phillips Jr

Posteriormente, tuvo que partir a Puerto Rico, Colombia y Ecuador para producir comedias y melodramas, ya que no podía trabajar en México. La razón no fue otra más que considerar que no tenía la experiencia necesaria para pertenecer al sindicato mexicanos de fotógrafos de cine porque primero debía ser asistente de cámara y después ascender a fotógrafo. Phillips Jr se saltó ese paso.

Llegó a Hollywood, sin residencia en el país norteamericano, para producir con permisos de estancia por trabajo. Conoció a Robert De Niro y fotografió una de las primeras películas del gran actor, «Sams Song».

Mediante esfuerzo, empeño y paciencia, se volvió parte del sindicato, lo que le permitió colaborar con los cineastas mexicanos más prominentes de la época: Julio Bracho, Roberto Gavaldó y Chano Urueta. Mientras que con los hermanos Rodríguez asistió a su padre en la fotografía de Tizoc, en 1957.

Felipe Cazals fue uno de sus grandes amigos de la infancia. Juntos hicieron Zapata, creación que afianzó su mancuerna y les fomentó a filmar más películas, una de ellas la de Las Poquianchis.

Alex Phillips Jr fotografo

Alex Phillips Jr, la construcción de una historia

Como parte de su crecimiento, aunado al entendimiento de la fotografía de cine como una mirada propositiva que busca la imagen de lo que el director quiere contar, logró trabajar con Cazals y Olhovich.

Su archivo personal se expandió con la colaboración y finalización de dos proyectos inconclusos de su padre. Una de estas es sin duda una de las películas mexicanas que más revolucionó al cine mexicano: El Castillo de la Pureza. Creación que por decisión de Phillips Jr permanecería bajo el crédito de su padre.

Gran parte de la obra de Alex Phillips Jr. fue realizada en Estados Unidos. Para el fotógrafo mexicano la principal diferencia del cine que se hace en el país del norte con respecto al de México es que la existencia de mayores recursos económicos permite extender los tiempos de grabación.

Regresó a tierras mexicanas tras cinco años de ausencia. Colaboró con su fotografía revolucionaria en la película El vengador del futuro, protagonizada por Arnold Scharzeneger. Su trabajo constó de encargarse de las segundas unidades: los efectos, y no en mediante la imagen llevar la historia.

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Alex Phillips Jr

Pionero del sistema IMAX, Phillips Jr. filmó el documental México en 1995, que se proyectó junto con otro sobre Cancún, durante un año en la megapantalla del Museo del Papalote.

Sin lugar a dudas, Phillips Jr ha sido uno de los fotógrafos de cine mexicanos que más resistieron las embestidas de un mundo del cine establecido y renuente a los cambios. Su muy particular forma de ver la vida es parte de una mirada conjunta. De producciones que quedaron inmortalizadas con la aportación de la mexicanidad que personificó.

Es otra historia más de prueba y error, de México abriéndose paso. Una demostración tácita de que como en los chistes, detrás de cada gran historia, hay por lo menos una mano, y un ojo mexicanos.

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Stephanye Reyes

Periodista en deformación. Humana por imposición, bruja por elección. Ojos defectuosos pero talentosos. Hago fotografía de todo lo que mis miopes ojos ven: Ig:bruja_amapola