Billie Holiday, la historia detrás de sus canciones más icónicas
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Billie Holiday, la historia detrás de sus canciones más icónicas

Eleanora Holiday Fagan, conocida popularmente como Billie Holiday y apodada como Lady Day, es una de las mejores cantantes de jazz de la historia. De origen estadounidense, es considerada una de las tres voces femeninas más destacadas y con mayor influencia del género musical, a la par de Sarah Vaughan y Ella Fitzgerald. Robert Christgau, crítico musical, la definió como inigualable y la mejor cantante del siglo. Frank Sinatra declaró en varias ocasiones que fue su mayor influencia, y es que es incuestionable su aporte a la música popular estadounidense, de ahí que sea realmente compleja la selección de sus canciones imprescindibles.

Su valía artística reside tanto en su capacidad interpretativa como en el dominio del subgénero del swing. Destacaba por la capacidad de adaptación de sus cualidades vocales al contenido de la melodía, e impregnaba con su esencia cada una de sus canciones, producto de trasladar sus propias vivencias a cada letra e interpretación. Para Yaconic estas son las imprescindibles de Billie Holiday.

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Billie Holiday

Strange Fruit

​Este tema es el que encabeza casi todas las listas de las canciones imprescindibles de Billie Holiday. Fue considerada como la mejor canción del siglo XX por la revista Time en 1999. Representa un himno de la lucha por los derechos civiles y contra el racismo. Se grabó en 1939 a modo de denuncia melódica sobre el linchamiento de afroamericanos en el sur de los Estados Unidos.

Lo que logra transmitir Billie Holiday con cada interpretación es indescriptible, pero con esta canción reacciona cada fibra nerviosa del cuerpo. En su autobiografía se narra el efecto desgarrador que siempre le provocó interpretarla: «cantarla me afecta tanto que me pone mal. Me deja sin fuerzas”

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My Man

Canción de 1937 que relata melódicamente su fatídica relación con el género masculino. Y es que todas sus parejas afectivas la violentaron, estafaron, engañaron y manipularon. Músicos, proxenetas, apostadores y hasta su representante, le provocaron profundas y dolorosas heridas

Billie Holiday vivió acompañada de su perro, un hermoso pitbull de nombre «Mister», en su apartamento de Nueva York. Se dice que para entonces había perdido la fe en los seres humanos. En «My Man», una de sus canciones imprescindibles, podemos encontrar desgarradoras líneas: “tiene dos o tres chicas que le gustan como yo, pero yo lo amo. No sé por qué estoy con él. Él no es fiel. Me pega, además. ¿Qué puedo hacer?”

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Good Morning Heartache

Un tema cantado con tanto sentimiento que proyectaba química entre la letra y su persona. Se volvió una de sus canciones imprescindibles. Grabada con su voz etérea en 1946, se convirtió en una de las favoritas de la gente. Las líneas «Buen día dolor de corazón, qué triste volverte a ver» le atribuyeron a Billie Holiday el derecho de ser la gran intérprete por excelencia de esta oda al sufrimiento en vida.

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God Bless The Child

Una gran canción, parte de las imprescindibles de Billie Holiday, que escribió con Arthur Herzog Jr en 1939 y que grabó en 1941. Se dice que se inspiró para escribir este tema  después de una discusión por dinero con su madre, y que la frase «Dios bendiga a los niños que tienen su propio dinero», devino de la reflexión de lo importante de generar recursos propios.

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Lady Sings The Blues

Tema de la autoría de Lady Day y de la pianista Herbie Nichols. La canción, una de las imprescindibles de Billie Holiday, dio nombre al álbum que salió en 1956. También es el título de su autobiografía, publicada el mismo año. La película protagonizada por Diana Ross en 1972, se llama a su vez Lady Sings The Blues.

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You’ve Changed

Es un tema que refleja melódicamente la decadencia de su cuerpo. Se percibe una voz debilitada, pero no con ello extinta. La canción, sin duda una de sus imprescindibles, fue parte de Lady in Satin, álbum de 1958, último que publicó con vida, y penúltimo de sus discos grabados.

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Autumn In New York

Esta es otra de esas canciones que han interpretado muchas voces, pero ninguna como la de Billie Holiday. Grabada en 1952, acompañada por los dedos magistrales del pianista Oscar Peterson, fue compuesta por Vernon Duke, para el musical Thumbs Up, y convertida por Lady Day en una de sus imprescindibles.

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(You’d Be So) Easy to Love

Compuesta por Cole Porter, fue la grandiosa Billie quien en su extraña faceta de alegría melódica, le agregó el «serías tan…» Al «…fácil de amar». El tema fue creado para la película Nacida para la danza que salió a la luz en 1936. La frase que antecede al nombre original del tema, es justo la clase de ingrediente extra, de toque, que le añadía Holiday a cada una de sus canciones e interpretaciones. Y es que no es lo mismo leer o escuchar «fácil de amar», que «serías tan fácil de amar». Billie no sólo vivió, sino que encarnó la miseria creativa. Esa que le permitió posicionar una canción del gran Cole Porter, como una de sus imprescindibles. 

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Stephanye Reyes

Periodista en deformación. Humana por imposición, bruja por elección. Ojos defectuosos pero talentosos. Hago fotografía de todo lo que mis miopes ojos ven: Ig:bruja_amapola