La Ciudad de México se prepara para una jornada de diversidad y expresión este sábado 28 de junio de 2025, pero más allá de la tradicional Marcha del Orgullo LGBT+, un movimiento alternativo levantará su propia voz: la Contramarcha de la Rabia. Esta manifestación surge como un contrapunto crítico a la creciente comercialización y las percibidas desviaciones de la lucha original por los derechos de la comunidad sexodiversa.
La Contramarcha de la Rabia no es una celebración, sino una protesta consciente y radical. Sus organizadores, diversas colectivas y grupos sociales, expresan un profundo «hartazgo y rechazo a las formas capitalistas, racistas y coloniales» que, según denuncian, han permeado y desvirtuado las marchas del Orgullo más masivas. Esta manifestación busca confrontar el «pinkwashing«, un término que describe cómo empresas e instituciones utilizan la imagen y las causas LGBTQ+ para mejorar su reputación sin un compromiso genuino con las problemáticas reales de la comunidad.
Es una denuncia contra la instrumentalización de la lucha LGBTIQ+ por intereses ajenos a la verdadera búsqueda de justicia e igualdad. La crítica se extiende al extractivismo estatal de la lucha LGBTIQ+ y a la percepción de que la marcha principal no aborda suficientemente las necesidades de las poblaciones más vulnerables que no encajan en narrativas «blancas, cisgénero, comerciales, nacionalistas o neoliberales».
La contramarcha es convocada por múltiples colectivas y activistas. Los participantes de la Contramarcha de la Rabia no desfilan; denuncian. No celebran; confrontan las injusticias que persisten. Para este 2025, la Contramarcha de la Rabia está programada para el viernes 28 de junio. La concentración se iniciará a las 10:00 a.m. en un punto estratégico: cerca del Metro Auditorio, con dirección a la Embajada de Israel en la Ciudad de México.
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Esta elección de ruta y destino no es casual; refleja una clara postura política, denotando un rechazo al sionismo y un fuerte apoyo a la causa palestina, una de las consignas centrales que diversos colectivos adoptan en su plataforma de denuncia. Mientras que la Marcha del Orgullo más grande y televisada recorrerá el Paseo de la Reforma hacia el Zócalo, la Contramarcha de la Rabia opta por un recorrido y un enfoque distintos, priorizando la denuncia y la resistencia activa sobre la visibilidad masiva.
La existencia de la Contramarcha de la Rabia evidencia una división y una diversidad de perspectivas dentro del propio movimiento LGBTQ+. Para muchos, la Marcha del Orgullo se ha convertido en un espacio de celebración de los avances logrados y de autoafirmación. Sin embargo, para los organizadores y participantes de la Contramarcha, este enfoque ha eclipsado la urgencia de las demandas pendientes.
Sus lemas, como «Marchamos con rabia, con memoria, con dignidad. Porque nuestras vidas no son marketing, son resistencia«, encapsulan su filosofía. Los contingentes de esta marcha alternativa suelen organizarse por bloques temáticos, visibilizando las luchas de las comunidades más marginalizadas: personas migrantes, personas con discapacidad, poblaciones trans y no binarias, y familias diversas.
Es una afirmación de que, a pesar de los pasos adelante, la discriminación y la violencia siguen siendo realidades para muchos, y que la verdadera lucha por la justicia social y la equidad aún está lejos de concluir. La Contramarcha de la Rabia es, en esencia, un recordatorio potente de que el orgullo es también un acto de resistencia y que la lucha por la liberación no ha terminado.

Stephanye Reyes
Periodista en deformación. Humana por imposición, bruja por elección. Ojos defectuosos pero talentosos. Hago fotografía de todo lo que mis miopes ojos ven: Ig:bruja_amapola