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EN EL EJÉRCITO “TUVE QUE VIOLAR DERECHOS HUMANOS”
CULTURA

EN EL EJÉRCITO “TUVE QUE VIOLAR DERECHOS HUMANOS”

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Por Rey Hernández / El Toque / @eltoquecom

Juan Carlos regresaba de sus labores de auxilio a la población tras el paso del devastador huracán Odile en México cuando le informaron que padecía cáncer, lo que para muchos mexicanos hubiera significado un viacrucis por el siempre deficiente sistema de salud del país.

Con 24 años de edad, había pensado en darse de baja del Ejército mexicano porque, aún con pocos años de servicio, le parecía que la vida castrense significa estar lejos de su familia por los al menos 20 años que debe prestar de servicio para poder tener acceso al retiro. Decidió permanecer como soldado de infantería y por ello fue atendido por médicos militares.

“Me gusta más que nada el seguro, estuve enfermo, tuve cáncer y la verdad, me salvaron la vida ahí. El retiro es a los 20 años. A diferencia de los trabajos civiles. A los 38 años ya estás pensionado”, cuenta al enlistar lo que para él más valor tiene de su vida en la institución verde olivo.

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Juan Carlos dice no ser muy brillante y relata que diversas razones, además de la necesidad, lo llevaron a enrolarse en el ejército, durante la guerra contra el crimen organizado que emprendió el expresidente Felipe Calderón:

“Nuestro trabajo casi siempre es puro contra la delincuencia. Ir a la sierra, para la erradicación de mariguana y amapola; aplicar la Ley Federal de Fuego y Explosivos; revisando a la gente, que no tenga armas de uso exclusivo del Ejército. Últimamente hemos dado apoyo a las fuerzas civiles”, dice.

Sin embargo, sus labores también han incluido “violar derechos humanos”, como él mismo lo cuenta:

«Me tocó entrar a reventar casas, ahora sí que violar los derechos humanos, pues cosas malas. Pero pues muchas veces uno como soldado pues cumple órdenes».

“Por lo mismo, te enseñan que tu lealtad está con tu comandante y con el país y si te están ordenando hacerlo pues más que nada lo tienes que hacer”, reconoce.

La labor del ejército en tareas de seguridad en México no ha estado exenta de reclamos por violaciones a los derechos humanos. Casos como el de Tlatlaya, donde 22 personas perdieron la vida, algunos de ellos presuntamente a manos del Ejército, han llamado la atención sobre el papel de las fuerzas armadas en el combate a la delincuencia.

Sin embargo, Juan Carlos afirma que nunca pensó que estuviera mal afectar los derechos humanos de las personas:

“No tiene mucho de que se nos empezó a enseñar que es malo golpear a la gente, privarla de su libertad un tiempo, muchos actuábamos pensando que estábamos bien”, cuenta.

«No es algo de lo que me sienta orgulloso de haber hecho. Te puedo decir que golpeé gente y privé de la libertad a muchos, pero pues nunca pensé que estuviera mal».

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El soldado afirma que el duro adiestramiento militar forma un carácter, por lo que el trato con civiles suele ser delicado. Afirma también, de forma realista, que la situación de inseguridad en México difícilmente terminará: “El sistema está demasiado corrupto en todos lados: municipales, estatales, federales”.

Por lo pronto, seguirá realizando sus pesadas tareas: hace poco llegó de una base para a los pocos días irse a la sierra por 45 días. Solo espera no correr la misma suerte de varios de sus compañeros a quienes les llegó la orden de moverse a lejos de sus familias. Cuenta: “Sí, me voy y llegando hago mi solicitud para irme de baja”.

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Editor Yaconic

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