KING KRULE: THE OOZ
MÚSICA

KING KRULE: THE OOZ

El músico, compositor y productor inglés Archy Ivan Marshall, mejor conocido como King Krule regresó a sus 23 años con The Ooz, su nuevo material discográfico del que se desprenden 19 temas inéditos en los que sin perder su estilo logró llevar su sonido a otro nivel en el que se escucha como un artista más profesional y consolidado.

Lejos quedaron esos tiempos cuando comenzó a sus 17 años con el EP 6 Feet Benneath the Moon.

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The Ozz, es oscuro, melancólico, bello y sensual. Este álbum sin duda debe ser uno de los favoritos para el frío invierno que se avecina y es que se escucha profundamente melancólico pero sabroso, con líneas de bajo abrumadoras y solos de saxofón que te hacen sentir cada canción como una invitación a estar solo, escuchando música y tumbado en algún lugar reflexionando sobre cualquier cosa.

En la música de King Krule parece protagonizar la voz en primera instancia. En este disco es claro que la voz representa un instrumento más y como tal comparte casi el mismo tiempo con los demás instrumentos como la guitarra, la batería, el bajo, el sintetizador, el piano y el saxofón que juntos crean una mezcla idónea para el romanticismo o la tristeza.

Con este disco Archy busca escucharse atemporal y diferente pero sin perder su esencia.

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Sin duda es un álbum inmersivo como lo podemos escuchar en la canción «The Cadet Leaps», donde al principio escuchamos el piano, al que posteriormente se le suma la guitarra, el bajo y el sintetizador que armonizan el tiempo hasta poco después de la mitad de la canción en que entra la voz por poco tiempo para después escuchar los susurros que primero se escuchan lejos y se van acercando.

En algunas canciones podemos escuchar la voz muy grave que lo representa, en otras lo escuchamos recitando palabras como si de un poema se tratara, este podría ser el caso de «Bermondsey Bosom (Right)» en la que se escucha al final la frase en inglés: «parasito, paraíso», que se repite en otras ocaciones y que suena cambiante y experimental pero a la ves es una de las más cortas en el disco.

Una de los temas más movidos es «Half Man Half Shark» que comienza lenta pero poco después sube el ritmo comenzando por unos coros que se escuchan como acercándose, hasta que se escucha la batería, la voz, la guitarra y el bajo.

Hay momentos en los que la voz es tranquila y otras en las que grita con una voz apasionada y distorsionada que nos invita a bailar. Hacía el final todo parece calmarse con unos coros, beats, la guitarra y el bajo hasta el final de la canción que es la más larga del disco.

«Biscuit Town» es una de las buenas para hacer un strip tease al ser amado y es que con esa mezcla entre soul, funk y hip hop, la guitarra, el teclado y la voz sin problemas se podría.

«Dum Surfer», sin duda es una de las canciones con las que te podrías poner a bailar rico en la playita, no sé si es por la batería, el bajo, la guitarra o los acompañamientos de saxo pero sin duda tiene un ritmo muy pegajoso que se contagia y se siente en el cora.

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En «Bermondsey Bosom (left)» se escucha como si fuera la narración de una película. Primero parece que alguien camina en la lluvia, luego el sintetizador y la guitarra entran, luego una voz en español de una chica los sigue como si estuviera recitando un poema que no sabes que no tiene sentido hasta que lo lees pero aún así suena bien.

«Un nuevo lugar en el que ahogarse a seis pies bajo la luna, se levanta un chupa sangre, pintaba objetos en negro y azul con proyecciones de sí mismo, siempre fue sobre él mismo, se sacude los adentros se le tuercen las tripas, se sienta en la humareda y piensa en ello. Tú y yo contra esta ciudad de parásitos, parásito, paraíso».

Por otro lado tenemos «Logos» esta pieza musical que tiene tintes de bossa nova, las percusiones son menores y la guitarra acompaña, mientras que la voz recita y el saxofón hace melodías con el sintetizador acompañando. Las guitarras levemente desafinadas rasguñan simbólicamente con su sonido estruendoso en el que se mezclan unos instrumentos con otros y es difícil reconocerlos.

La voz y las palabras crean distancia tan a menudo como comunican una idea. Es recurrente el sonido a lluvia, supongo que eso y los astros como los cometas y la luna son lo que lo inspiró en este disco que si te fijas bien tiene varios elementos esparcidos que se repiten a propósito.

King Krule parece tener una personalidad introvertida y un corazón solitario pero en este nuevo disco se escucha más confiado, es como si supiera que nos está transmitiendo lo correcto. En ocasiones los límites entre género y género musical en el disco se desdibujan e incluso desaparecen.

Los acordes del teclado con armonías de jazz nos hacen regresar al pasado. A veces escuchamos un poco de trip hop, dub, punk rock y jazz, todo al mismo tiempo, tan cambiante como la vida misma.

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Viri Jane

Periodista de profesión, joyera de oficio. Escribo, edito, gestiono y hago lo que se me da la gana. Me encuentras en redes sociales como: @viri_jane