EL TSUNAMI ELÉCTRICO: LOS RAMONES EN 47 CANCIONES
MÚSICA

EL TSUNAMI ELÉCTRICO: LOS RAMONES EN 47 CANCIONES

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Los cuatro Ramones originales están muertos. Fueron cayendo por los efectos del punk como soldados de la música pop en una tira cómica. Detonar la explosión musical que cambió al rock durante los 70, cuya onda expansiva influyó 30 años después, tuvo un costo mortal. El arsenal de todas las batallas se encuentra en sus primeras tres producciones, condensadas en el doble It´s Alive: quizá el mejor disco del género en vivo. Pero la historia trepidante de este cuarteto está sembrada de minas rockeras que estallan al ser tocadas.
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 EN EL SÓTANO CON JUDY

En 1974 Thomas Erdelyi (Tommy) asistió al llamado de su amigo, el guitarrista John Cummings (Johnny), para que checara su nuevo grupo. Supo de golpe que escuchaba el futuro del rock. Era un trío desmadrado en el sótano donde la mamá de Jeff Hyman (Joey), el baterista, les daba chance de ensayar. Y en ese preciso instante tocaban, con Douglas Colvin (Dee Dee) en el bajo, “Judy is a Punk”.

Tommy se les pegó como productor y mánager, pero terminó sentado en el banquillo de la batería. Salvo él, ninguno sabía tocar en realidad. Aunque todos habían tenido  inclinación musical y la experiencia de formar grupos previos. Así empezó el desmadroso cuarteto bautizado por Dee Dee que encendió la movida del Country Blues Grass Bar (CBGB) con Television y Talking Heads, donde Andy Warhol y Lou Reed asistieron para certificarlos. Su primer disco, Ramones (1976), es un  clásico del rock producido por el igualmente clásico Craig Leon: el sonido veloz de los jóvenes blancos del suburbio de Queens, “sin trazas de blues ni rhythm and blues”, afirmaba Johnny.

Un disco mal entendido en su momento, criticado, atacado y censurado, musical y líricamente por la crítica, los medios y la reacción de la época. Como lo definió Tommy, el rock de los Ramones era “un tsunami eléctrico que golpeaba, barría con todo y se retiraba”. Según Dee Dee y Johnny, egresados de colegios militares, era un ataque relámpago de rock, como la blietzkrieg de los nazis.

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El zumbido encabronado de la guitarra y la voz gangosa molestaba a los puristas musicales. Pero lo que incomodaba en otros ámbitos eran las letras: “53rd & 3rd” describe un pleito a navajazos en esa esquina donde los heroinómanos se prostituían para conseguir lo que necesitaban. En “Today Your Love, Tomorrow The World”, la voz cantaba: “Soy un soldado nazi que pelea por su patria”, lo cual cayó como plomo en la comunidad judía a la que pertenecía Joey. Sin embargo, la canción por la que Ramones serían recordados es la marcha de guerra que abre el disco, “Blitzkrieg Bop”. Fue escrita por Tommy (con una línea de Dee Dee: “dispárales por la espalda”) y se convirtió en un llamado a la revuelta rockera. El himno de una generación al grito de Hey Ho, Let´s Go!

GABBA GABBA HEY! 

El compositor más prolífico de los Ramones fue Dee Dee. A menudo alucinaba las canciones, según cuenta en su biografía, Lobotomy, surviving the Ramones. Decía tener miles escritas en su cabeza. Joey también escribió demasiado buen material. Tommy, más que escribir canciones estableció el principio creativo del grupo: “eliminar lo innecesario y concentrarse en la sustancia”. Y Johnny, quien pasó de ser albañil a arquitecto del punk, definió un estilo que consistía en tocar sólo con el movimiento de la muñeca para alcanzar esa rapidez (no con el brazo ni el antebrazo). El segundo disco, Leave Home (1977) producido por Tony Bongiovi y Tommy, incluyó piezas más rápidas y contundentes. Abren con la controvertida “Glad to See You Go”, que Dee Dee le dedicó a su ex novia, la bailarina y estilista Connie: “Una bala en el cilindro y en un momento de pasión, tomar la gloria  como Charles Manson”. Esto y las constantes referencias nazis les costaron la censura en la radio y cancelaciones de conciertos por grupos conservadores.

Después viene “Carbona Not Glue”, la gran canción de Ramones que el fabricante del limpiador exigió que se editara del disco. Los Ramones no podían usar la marca para una canción y menos una en la que se incitaba a inhalar el producto.

“Gimme Gimme Shock Treatment” retrata las peripecias de Joey en la clínica psiquiátrica en la que tuvo un aterrizaje forzoso por un exceso de LSD, y en la que conoció a sus futuras novias. “Pinhead”, otra del psiquiátrico inspirada en el personaje de la película Freaks de Tod Browning, es el otro himno ramonudo, el saludo y la invitación a formar parte de algo explosivo: “Gabba Gabba, te aceptamos como uno de nosotros!”. De aquí también nació el personaje que en los conciertos brincaba al escenario disfrazado de Pinhead, el roadie Mitch “Bubbles” Keller, con la pancarta de “Gabba Gabba Hey!”.

La fascinación de Dee Dee por las armas y la parafernalia militar le venía de la infancia en Alemania. Hijo del Sargento Colvin y una bailarina de cabaret, creció en la postguerra entre ruinas y bases militares. Por su parte, Johnny era hijo de Frank Cummings, soldado americano que peleó en la guerra de Corea, quien lo internó en un colegio militar como último recurso para disciplinarlo. Por eso los Ramones eran un ejército de cuatro que tocaban marchas de guerra; se uniformaban con chamarras e insignias, y tenía un logotipo oficial intervenido por Arturo Vega, su artista e iluminador de cabecera. Todo eso suena en “Commando”, cuyo título usó Johnny para su autobiografía.

EL SURF DEL PÁJARO 

En 1977 los Ramones seguían generando controversia en Estados Unidos. Eran un chiste o arte minimalista, mientras que en Inglaterra eran aclamados por reinventar el rock. Originales hasta para contar el “1-2-3-4” entre cada rola. El sonido y la imagen del grupo ya no sólo eran la inexperiencia y el malestar, la pobreza de recursos y la riqueza de actitud y substancias. La novedad rockera se debía tanto a la mamá de Joey, Charlotte Mama Ramone, como a los bigotes de Monte Melnick para organizar las giras; al depa, el arte y las playeras de Vega; a las fotografías de Roberta Bayley; a la visión de Seymour Stein de Sire Records; y a la mente maquiavélica del manager Danny Fields, ex de los Stooges.

HOLLYWOOD - JUNE 5: A 1981 Promotional portrait of the American punk rock group The Ramones shows (L-R) Johnny, Joey (1951 - 2001), Marky and Dee Dee (1952 - 2002) Ramone. Dee Dee Ramone, 50, was found dead June 5, 2002 of an apparent drug overdose at his Hollywood, California home only a month after the Ramones were inducted into the Rock and Roll Hall of Fame. (Photo by Getty Images)
Photo by Getty Images

Para el tercer disco, Rocket to Russia (1977), repitieron Tommy y Tony Bongiovi en la producción, pero ahora decidieron volarse todas las reglas del estudio. También asomaron, apenas perceptibles, las guitarras acústicas. Así, concibieron quizá el último gran disco de los Ramones, acompañado de las caricaturas que John Holmstrom —fundador, con Legs McNeil, de la revista Punk— les hizo para la funda. Abre con la fabulosa “Cretin Hop”, la guitarra a todo volumen, la batería en el cubo de las escaleras para lograr ese eco, el coro que se convirtió en oración celestial: “1-2-3-4 cretins wanna hop some more, 4-5-6-7 all good cretins go to heaven”.

En seguida suena “Rockaway Beach”, la joya caliente de verano escrita por Dee Dee: una mini crónica de sábado soleado y caluroso en Queens, cuando lo esencial es llegar a la playa de Rockaway de aventón o en autobús, mascando el ritmo con chicle y actitud. “Sheena Is a Punk Rocker”, la prima de Judy, es un surf que pobló de Reinas de la Selva la escena de Nueva York. Otra rotunda y certera es “Were a Happy Family”, el retrato de la típica familia de vecindario clasemediero.

Desde su primer disco dedicaron estupendas canciones a las substancias. Y Rocket to Russia  incluyeron varias, como “Teenage Lobotomy”, con su batería incontenible y los llamados de auxilio que piden a gritos una lobotomía. También grabaron grandes covers, entre ellos el mejor que se le haya hecho a “Surfin Bird” de los Trashmen, una maravilla del sonido ramón.

CONTRA TODO 

Tommy estaba extenuado por el ritmo y la intensidad de las giras, así que dejó a los Ramones. Su salida desequilibró por completo al grupo y nadie pudo llenar su lugar porque él inventó ese estilo de bataquear. Se fue después de Rocket to Russia y de It´s Alive, grabado en un concierto de Año Nuevo en el Rainbow de Londres, producido por él y Ed Stasium, el ingeniero y productor de cabecera de los Ramones. La montaña rusa que era el rol ramonudo se descarriló. Después de probar bateristas se quedó Marky, ex de Wayne County y de Richard Hell & the Voidoids, quien recibió capacitación directa de Tommy, productor con Stasium del siguiente disco, Road to Ruin (1978).

Sire Records les había pedido algo amigable para la radio, un hit. Muchachos, necesitamos colocar un sencillo en las listas. Lo más “comercial” que salió fue “I Wanna Be Sedated”, que Joey escribió con su guitarra de dos cuerdas sobre el aburrimiento en las giras. Pero hasta la madre las 24 horas del día era irradiable. El disco es pesado, veloz y campirano porque incluye tres canciones tipo country, entre ellas la clásica de The Searchers “Needles & Pins” y la tristísimaQuestioningly” de Dee Dee. Las guitarras acústicas pasaron al primer plano, entre rocanroles potentes y antitodo (“Im against it” y su “No me gusta nada”) con el ritmo renovado que le imprimió Marky, como la ponchadora que abre, “I Just Want to Have Something to Do”.

LA SINFONÍA PUNK 

Los Ramones se mudaron a Los Angeles para filmar la película Rock and Roll High School (1979), que el director Allan Arkush y el productor Roger Corman, “El Rey de las B Movies”, confeccionaron a la medida para ellos: los cuatro encabezan una revuelta estudiantil en una preparatoria autoritaria, con ayuda de la rubia Riff (P.J. Soles). Filmaban durante el día y tocaban por las noches para salir con los gastos de hospedarse y reventarse. Cierta ocasión, después de tocar en el Whisky A Go Go, se les apareció el loco Phil Spector, quien ya tenía un acuerdo con Sire Records para producirlos y hacerles un hit: “¿Quieren grabar un buen disco o un gran disco?”, les preguntó. Y así empezó la pesadilla spectoriana que resultó en End of the Century (1980): la sinfonía punk.

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Alcohol, substancias, paranoia, armas de todos los calibres y pleitos desquiciados marcaron el periodo de siete semanas de encierro a punta de pistola en cuatro estudios distintos, donde Spector construía su célebre “Muro de Sonido”. Aquí y allá, la orquesta The Wrecking Crew los esperaba para dejarles caer una cascada de instrumentos eléctricos y acústicos duplicados, percusiones, metales, cuerdas, pianos, órganos, guitarras, bajos, voces y ecos. Tal y como se escucha en “Do You Remember Rock and Roll Radio?”. Pero grabar con el paranoico que hoy permanece en prisión por matar de un tiro a la actriz Lana Clarkson fue la prueba de fuego.

Acostumbrados a grabar sus discos en dos días, acá Dee Dee se quejaba de ensayar dos semanas hasta 15 horas diarias sin haber grabado una sola nota. A Marky, Spector lo puso a tocar un tom durante un día entero y a Johnny lo hizo repetir la nota inicial de “Rock and Roll Highschool” durante más de 10 horas. Por supuesto, el resultado es monumental, la canción y el disco son enormes, pero la paciencia de los Ramones fue agotándose hasta que abandonaron la grabación uno por uno. El primero en irse fue Johnny porque murió su padre. Tras él se fueron Dee Dee y Marky. El único que se quedó hasta el final fue Joey, quien se hizo amigo y alumno vocal del productor.

“Danny Says” es otra canción sobre la vida en las giras dedicada a su manager, el publicista Danny Fields. Las guitarras acústicas tuvieron el récord de ser las más potentes en un estudio aquel año. Fields tenía el colmillo largo y supo aprovechar la imagen del grupo, como salidos de la película The Warriors (1979) de Walter Hill, y les hizo campañas muy ingeniosas. Cuando viajaron a Londres la primera vez y tocaron en el Round House el 4 de julio, Hill publicó en medios locales: “1796-1976.

En el segundo centenario de nuestra independencia de Inglaterra, regresamos para darles algo de gratitud”. En esos días de Los Angeles, Dee Dee se quejaba porque ganaba 100 dólares a la semana y tenía un hábito de 100 al día. El disco incluye su canción maldita sobre la heroína, “Chinese Rock”, una apuesta que hizo con Johnny Thunders. Ay de aquél que se atreva a tocarla porque le sigue la muerte, como le sucedió a Thunders al tratar de apropiársela con los Heartbreakers. La canción volvió a su autor y la muerte lo alcanzó años después por la misma razón.

Durante muchos años los Ramones (y sus seguidores) renegaron del disco arguyendo la sobreproducción; sin embargo, fue el de mayores ventas en América y Europa gracias a la crítica que, por primera vez, los favorecía.

7-11 

En 1981 los Ramones estaban mal parados frente a la new wave y en el peor momento interno, porque las relaciones entre Johnny y Joey se tensaron a punto de quiebre. Encima, Dee Dee y Marky fueron arrastrados por el torbellino de sus respectivos hábitos. En esas condiciones grabaron Pleasant Dreams (1981), el disco que escribió Joey con su mítica guitarra de dos cuerdas. Casi todas las canciones son suyas, menos locales y más personales, como “The KKK Took My Baby Away”, que escribió cuando Johnny le bajó a Linda Ramone para casarse poco después con ella.

La rivalidad entre ambos se manifestaba en lo creativo, lo emocional y lo político: Joey era demócrata y Johnny republicano a rabiar. End of the Century no había sido el éxito esperado, así que ahora Warner/Sire puso al músico y productor Graham Gouldman con la encomienda de hacer un disco radiable. Escalar las listas de popularidad era prioridad y obsesión para la disquera, mientras que el grupo exigía las ondas hertzianas o la muerte para el radio en “We Want The Airwaves”. La joya oculta del disco es “7-11”, una historia de amor que termina en un trágico accidente bajo la lluvia, bellamente escrita, interpretada y producida, con arreglos de cuerdas y coros para una melodía de los años 50.

PUNK, SPEED, THRASH 

Johnny quería recuperar el auténtico filo ramonudo, pero Joey quería el hit de radio. Por eso, para el siguiente disco, Subterranean Jungle (1983), buscaron a Kenny Laguna, el productor de Joan Jett. Querían obtener un sonido pesado y amigable con la radio. Laguna no podía, así que envió a dos socios, Ritchie Cordell y Glen Kolotkin, quienes hicieron su mejor esfuerzo. Pero Marky tuvo graves problemas con el alcohol y tuvo que ser sustituido por Billy Rogers para terminar el disco con dos canciones extraordinarias y un gran cover, “Time Has Come Today”, de los Chambers Brothers.

Las otras dos canciones son “Outsider”, la reafirmación de su condición marginal, y “Pshyco Therapy”, otra más inspirada en la Casa de la Risa. Son la obsesión de Johnny y Dee Dee por desarrollar el estilo más rápido. Si ya eran reconocidos por sentar las bases del speed y el thrash (Motorhead les dedicó el tributo “R.A.M.O.N.E.S.”), este par de canciones marcaron la nueva vena del grupo: la del hardcore.

Mención aparte merece la portada que hizo gruñir a los diseñadores de la disquera: el grupo en un vagón del metro grafiteado, cuando el grafiti no era considerado un “arte urbano”. Al final Marky se hundió. Faltaba a la sesiones de grabación, destrozó el estudio Kingdom Sound en un ataque de Chicken Beak Boy!, y cierta noche no llegó a un concierto en Virginia Beach, por lo que el público destrozó el lugar. Lo despidieron y varias pruebas después se quedó el ex de Velveteens, Richie Reinhardt.

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1974-1984 

Y las cosas empeoraron cuando cierta noche, después de tocar, Johnny caminaba a su casa y vio a su ex esposa, Cynthia, bebiendo en la calle con algún galán punk. Fue hacia ella y le indicó que se fuera a su casa, pero el galán lo atacó por la espalda, lo tiró de un golpe y lo pateó en la cabeza. Johnny despertó en el hospital con fractura de cráneo. El galán se fue a la cárcel y al guitarrista le tomó algún tiempo reponerse. Cuando el pelo le hubo crecido lo suficiente empezaron a trabajar en el siguiente disco, Too Though to Die (1984), producido por Tommy y Stasium.

Este disco marca una nueva época en el sonido ramón: más robusto y sólido; más pesado y distorsionado. Como si un ciclo se repitiera diez años después, ese verano del 84 estallaba el punk hardcore gringo que se cocinaba en California y Washington. Y como “nadie toca más rápido que los Ramones”, decía Johnny, confirmaron su status de creadores del rock más extremo con dos piezas fuera de serie por su velocidad y ferocidad: “Wart Hog”, una oda al mundo cargada de enfermedad, odio y destrucción que Dee Dee ladraba hasta terminar extenuado.

Y “Endless Vacation”, una canción sobre el suicidio que él mismo masticaba y lanzaba como “el escupitajo mortífero de la cobra”. Luego incluyeron su contagiosa canción dedicada a la marihuana, “Howling at the Moon (Sha La La La)”, producida por David A. Stewart de los Eurythmics para la radio, pero el tema de la yerba le cerró las puertas del cuadrante en América, así que la disquera Beggars Banquet lanzó el sencillo en Europa.

ALGUIEN PUSO ALGO EN MI BEBIDA 

Cuando el presidente Ronald Reagan visitó un cementerio alemán y colocó una corona de guirnaldas en las tumbas de los nazis, Dee Dee escribió “My Brain Is Hanging Upside Down (Bonzo Goes To Bitburg)”, en complicidad con Joey y el ex bajista de Plasmatics, Jean Beauvoir. En ella dicen: “Eres un político, no te conviertas en un hijo de Hitler”. Lo que a Johnny le puso los pelos de punta y causó una discusión porque cuestionaban a su presidente favorito.

Ya encarrerados, el versátil Beauvoir les produjo el disco Animal Boy (1986), con un sonido mucho más compacto. El que abre con “Somebody Put Something In My Drink”, la canción que escribió Richie basada en una anécdota: durante una fiesta en Nueva York le pusieron ácido a su bebida y empezó a malviajar tan intenso que tuvieron que llevárselo en ambulancia. Cierran con “Something To Belive In”, la potente melodía de Dee Dee con la que fueron embajadores en el Artist United Against Apartheid en Sun City. Con esta canción también hicieron una campaña contra el hambre, Ramones AID, una sátira de We Are The World y Live Aid con un montón de grupos.

MÚSICA IMAGINARIA 

Dee Dee empezó a tener problemas del corazón y estrelló su Camaro azul. De ahí salió la canción a dúo con Deborah Harry. Entraba y salía de clínicas y tratamientos para desintoxicarse, además, empezó a sufrir una especie de alucinación auditiva: la música clásica que sonaba en todas partes. Si abría el refrigerador, salía música; si abría la llave del agua, la regadera, el botiquín, la tapa del baño, tras la puerta del departamento, en el elevador, salía música. En Lobotomy, Surviving The Ramones, cuenta tristemente que no podía escribirla por ignorar las notas y eso le exasperaba. Pero la música que sonaba en su cabeza lo estaba enloqueciendo. En ese periodo grabaron un disco denso, pesado y oscuro, Halfway To Sanity (1987), producido por Daniel Rey, quien co escribió la portentosa “I Wanna Live”.

CAMINO AL CEMENTERIO DE LAS MASCOTAS 

Marky regresó a los Ramones, pero Dee Dee se fue en julio de 1989. Partió después de un concierto en Santa Clara, California, enfermo del corazón, harto de todo y de todos. También se divorció de su esposa, Vera, dejó de tomar sus medicamentos y de asistir a la terapia. Unos meses antes se había lanzado como cantante de rap and roll como “Dee Dee King”, con el disco Standing in the Spotlight. Otro original que los abandonaba. Otro hueco que no se logró llenar, aunque continuó escribiendo canciones para ellos.

Los Ramones no se detuvieron: probaron a 40 bajistas antes de seleccionar al primero, el ex marine Christopher Joseph Ward, otro militar, CJ Ramone. Y sacaron el disco Brain Drain (1989), producido por Bill Laswell, quien trabajaba con Iggy Pop y Motorhead. Es un disco más pesado que el humor de Johnny. La mitad de las canciones las escribieron Dee Dee y Daniel Rey.

Dos son estupendas: “I Belive in Miracles” y “Pet Semetary”, que grabaron para la película de Stephen King, amigo y fan de los Ramones. Aparte de su propia película, las canciones de este grupo han sido utilizadas en el cine, la televisión y la publicidad, pero este tema fue un pedido del escritor y se hizo para la película. Este fue el último disco con Sire y el primero en el que no aparecen en la portada porque la edad se les notaba, en su lugar pusieron una pintura de Matt Mahurin.

MONDO BIZARRO (1992) 

Al iniciar los 90 los Ramones se cambiaron a Radioactive Records, la disquera de su manager Gary Kurfirst. Con Stasium en la producción grabaron Mondo Bizarro (1992), tres canciones de Dee Dee con Daniel Rey, dos de Marky y siete de Joey, quien por entonces atravesaba su etapa de activismo y participaba en la campaña Rock the Vote y en el movimiento Smash the PMRC (contra la organización vigilante y censora del rock), de ahí la canción que escribió al respecto, “Censorhit”, llamando “ignorantes” a las esposas de los senadores que orquestaron todo, lo cual hizo rabiar a Johnny.

Sin embargo, las mejores canciones son las que aportó Dee Dee, la poderosa melodía “Poison Heart”, sensible pero filosa. Y “Main Man”, con sus “dos ojos cafés llenos de odio”. En esta gira tocaron en la Ciudad de México (unos años antes habían tocado en la Iguana de Tijuana): el 26 de agosto de 1992 dieron un memorabilísimo y sudoroso concierto en el Balneario Olímpico de Pantitlán con los Yaps para calentar. Al año siguiente regresaron al Gimnasio Juan de la Barrera para dar dos conciertos y le tocó al Tri poner a punto al público.

EN EL ÁCIDO 

Casi todos los discos de Ramones incluyeron al menos un cover. Así que, convencidos por Joe McGinty de los Psychedelic Furs, decidieron grabar un disco de covers con sus canciones psicodélicas favoritas. Entonces llamaron al productor Scott Hackwith, guitarrista de TSOL y DIG, para grabar Acid Eaters (1993). The Amboy Dukes, The Who, The Rolling Stones, The Byrds, Jefferson Airplane, The Animals, Love, Bob Dylan, The Seeds, Credence Clearwater Revival, The Troggs y The Beach Boys pasaron lista en un disco con lo mejor de dos mundos, la psicodelia y el punk, en un encuentro que se antojaba imposible, con una producción y un sonido espléndidos.

Sobresalen “Out of Time”, de los Rolling, y “When I Was Young”, de Eric Burdon y los Animals, rolas que Joey canta emotivamente con una voz hasta entonces desconocida en él, sin dejar de ser Joey. Y “Substitue”, de los Who (que también fue interpretada por los Sex Pistols), con la participación de Pete Townshend en los coros.

ADIOS AMIGOS 

El final estaba cerca para los Ramones a mediados de los 90. Se sentían como dinosaurios y esa fue la imagen que pusieron en la portada de su último disco, titulado en español: ¡Adios Amigos! Como no había disco de Ramones sin Dee Dee, le pidieron material y entregó seis canciones, entre ellas la incontenible “The Crusher”. Quisieron que fuera un disco ramonudo y para eso le pidieron a Daniel Rey la producción (también tocó los solos de guitarra), quien por fin logró, según Johnny, “el mejor sonido de guitarra que haya conseguido”.

Aquí abren con la energética versión de “I Don´t Want To Grow Up”, original de Tom Waits, y cierran con un estupendo track escondido, “Spider Man”. Entonces se embarcaron en una gira para despedirse que culminó el 6 de agosto de 1996 en Los Ángeles, 22 años, 23 álbumes y 2,263 conciertos después.

PUNK ROCK Y CÁNCER 

Cada Ramón original siguió un camino en solitario hasta que la muerte fue alcanzándolos uno por uno: el primero en caer fue Joey, el 15 de abril de 2001, a los 49 años, por cáncer linfático. En seguida cayó Dee Dee por una sobredosis, el 5 de junio de 2002. Lo encontraron en su departamento, tenía 50 años. Después le tocó a Johnny, el 16 de septiembre de 2004, murió por cáncer de próstata a los 55 años. Aunque Marky y Richie sigan deambulando con el síndrome del rockstar, los Ramones dejaron de existir física y oficialmente el 11 de julio de 2014 con la muerte de Tommy por un cáncer biliar. Netafísicamente nos legaron el mejor rock que se haya tocado sobre el planeta :x

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Rogelio Garza

Escritor, publicista y ciclista. Durante más de 10 años escribió la columna Zig-zag en revista La Mosca. En 2008 editó y publicó Las Bicicletas y sus Dueños y en 2014 apareció Zig-Zag, Lecturas para Fumar, una compilación de sus mejores debrayes en la revista del insecto y otros medios.