Mathilde Sobrino abandonó el jazz experimental fusión de su antigua banda «Matilde Band» para abrirse paso en el trap y el género urbano en 2020. Su proyecto en solitario lleva su nombre personal y se convirtió en revelación de la experimentación urbana. Su sonido es lo suficientemente extraño pero deleitante para demostrar que la libertad creativa es lo de hoy. Así que hoy te traemos a Mathilde Sobrino y sus mejores canciones para que la conozcas.
Con nombres como Ceremonia, EDC, Vive Latino y Carnaval Bahidorá en su historia como solista pisando festivales, Mathilde Sobrino ha sabido volverse un Vizio para sus escuchas, tal como se nombra su último material de donde se desprenden canciones que no puedes perderte así como su más reciente sencillo.
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Vizio
La canción que le da nombre a su disco son 125 miligramos de obsesión. En efecto, es una enervante mezcla de ritmos y voces que resulta imposible dejar de escucharla o guardarla en el playlist incluso para las noches amorosas. Mathilde Sobrino y sus mejores canciones lograron colocar Vizio como una de las más recomendables.
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Rapsodia
Esta rapsodia de ritmos que podrían parecer imposibles en una sola canción tiene un poderoso mensaje de empoderamiento en su letra que vale la pena escuchar con el oído atento mientras tu cuerpo se mueve al ritmo de la música. Es también un enunciamiento de lo que Mathilde ha dejado para construir y estar en donde está.
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Esque tú
Para los corazones adoloridos y los gustosos del otro vicio nocivo llamado amor. Una canción que pretende ser una despedida sin dejar de lado la exaltación de lo bueno y lo malo de una relación. Mathilde Sobrino y sus mejores canciones no podían quedarse sin ésta en la lista, puesto que incluso con una buena cerveza, puede disfrutarse aún con el corazón roto.
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Ultraviolento
Su más reciente lanzamiento que resulta el manifiesto que reclama la pérdida de tiempo en una relación que no fue fructífera. El reclamo a una persona que mostró su verdadera cara durante la relación y de quien ya es imprescindible separarse. Mathilde Sobrino reitera su postura respecto a su persona, «no soy Barbie, siempre Freaky».
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Sigo en el high
No podíamos dejar fuera esta gran canción que se posicionó en los conteos de las estaciones de radio Ibero y Reactor 105. Una notoria oda a la elevación por weed que puede sonarle a apología del consumo al puritano y como una simple cuestión de sátira al estado enervante. La mezcla de ritmos es bastante notoria e interesante.
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Stephanye Reyes
Periodista en deformación. Humana por imposición, bruja por elección. Ojos defectuosos pero talentosos. Hago fotografía de todo lo que mis miopes ojos ven: Ig:bruja_amapola