THE MAN WHO: TRAVIS Y CÓMO LA TRISTEZA PUEDE SALVARTE LA VIDA
MÚSICA

THE MAN WHO: TRAVIS Y CÓMO LA TRISTEZA PUEDE SALVARTE LA VIDA

One… Two… Three… Four…Los primeros acordes de “Writing to Reach You” nos remontan hacia 1995, en Manchester, Inglaterra, lugar que vio nacer a unos Oasis que, para aquel año, habrían de edificar su permanencia en la historia, todo gracias a su segundo álbum (What’s the Story) Morning Glory? y su épico sencillo: “Wonderwall”… “but what’s a wonderwall anyway?”

Dos años más tarde, en 1997, un cuarteto escoces, llamado en sus inicios Glass Onion, debutaría en la escena musical británica, misma que parecía ir en declive, sobre todo porque sus dos pilares, Blur y Oasis, habían encontrado caminos musicales muy distintos a aquellos que detonaron en lo que hoy conocemos como Britpop; ambos, estaba claro, buscaban algo más. Así, en medio de ese entorno, llegó Travis con su modesto Good Feeling.

Aunque con poca respuesta, ese primer disco de unos jóvenes Francis Healy, Douglas Payne, Andy Dunlop y Neil Primrose, les valió cierto reconocimiento y ser considerados como el acto telonero en varios conciertos de Oasis. Canciones como “All I Want to Do is Rock”, “U16 Girls”, “Tied to the 90’s” y “More Than Us” eran un claro anuncio de que había algo más que podría explotar en cualquier momento. De septiembre de 1997, fecha en la que sale Good Feeling, a julio de 1998 las cosas cambiaron mucho y la apuesta era distinta.

Casi un año después de su debut, Travis volvió al estudio con otra propuesta, una más íntima, más susurrada, lejos de las guitarras frenéticas de Good Feeling. En mayo de 1999, y tomando como inspiración el libro The Man Who Mistook his Wife for a Hat, de Oliver Sacks, apareció The Man Who, el segundo álbum de Healy y compañía, bajo la producción del ahora emblemático Nigel Godrich (Radiohead, Beck, R.E.M.).

“Cuando salió The Man Who, muchos nos dijeron que era un acto suicida para nuestra carrera. Todos estaban bastante deprimidos. Ya nos imaginábamos volviendo a Glasgow desempleados”, confesaría el portavoz, Francis Healy, hace unos años para New Musical Express.

Por un lado, la escena británica estaba viviendo muy malos tiempos; Oasis comenzaba una debacle musical que los llevó, años más tarde, a su separación; Blur, con muchos altibajos al interior del grupo, daba rienda suelta a su imaginación en 13, con un Graham Coxon luciéndose para después salir de la banda; Pulp daba sus últimos suspiros; The Verve ya se encontraba extinto; Radiohead buscaba nuevas fuentes de inspiración en los discos de Krafwerk. Sin embargo, ahí seguían Supergrass, Stereophonics y unos ingleses prometedores que terminarían llamándose Coldplay, para continuar el legado “britpopero”.

Los primeros segundos de The Man Who nos llevan a la época de Morning Glory, la segunda producción de Oasis. “Wonderwall” fue tomada como principal inspiración para “Writing to Reach You”, el primer track de lo que, en ese entonces, era lo nuevo de Travis.

De inmediato y sin pensárselo dos veces, Francis Healy, autor de casi todos los temas de The Man Who, abordó sin tapujos cada una de sus emociones, fue sincero desde el principio con frases como “my inside is outside / my right side’s on the left side / ‘cause I’m writing to reach you now / but I might never reach you”. Estábamos ante una obra muy personal a la que muy pocos quisieron entrarle -quizá por arrogancia o por falta de sensibilidad-, pero que resultaba indispensable para aquellos días en los que la música se adentraba hacia una era descorazonada.

Más que un álbum triste, como se le ha catalogado, The Man Who es la historia de un hombre que atraviesa por un periodo de tristeza que data de muchos años atrás, con la que ha convivido y que, muy a su manera, se ha vuelto su compañera más leal. No es estar triste por tener un mal día, sino el hecho de aprender que, en muchas ocasiones, la propia tristeza es la única que puede salvarnos, nuestro último recurso. De eso va The Man Who, es un hombre abriéndose al mundo, sin importar que éste lo ignore por completo.

“Writing to Reach You” fue el primer sencillo de un total de 10 canciones (sin contar los tracks escondidos “Blue Flashing Light”, “20” y “Only Molly Knows”). Fue también el punto de partida para que temas como “Driftwood” y “Turn” cobraran fuerza en los medios especializados. Mención aparte merecen “The Fear”, “As You Are” (con ese gran y delicado solo de Andy Dunlop), “Luv” y “Slide Show”, canciones que, si bien no fueron lanzados como sencillos, son indispensables para comprender el mensaje de The Man Who, así como “The Last Laugh of the Laughter” y “She’s So Strange”.

En poco más de dos meses desde el lanzamiento de The Man Who, Travis logró conquistar a propios y extraños, pero también a aquellos que jamás les auguraron éxito, y si es que había dudas, pronto se disiparían con la publicación de un tercer sencillo, el más aclamado, el que les redituó más de tres millones de copias vendidas en todo el mundo y, por consecuencia, llegar al puesto número uno en las listas británicas: “Why Does it Always Rain On Me?”

Un melancólico chelo daba la entrada a una muy nostálgica voz de Francis Healy, todo envuelto en una de las letras más tristes del álbum y de la discografía de Travis. Si en “Writing to Reach You” no se guardó nada, para “Why Does it Always Rain On Me?” se convertía, prácticamente, en un libro abierto, gracias a frases como “Sunny days, where have you gone? / I get the strangest feeling you belong / Why does it always rain on me? / Is it because I lied when I was seventeen? / Why does it always rain on me? / Even when the sun is shinning I can’t avoid the lightning”.

La cereza del pastel llegaría durante la presentación de la banda en el festival de Glastonbury de aquel año, cuando la lluvia comenzó a caer justo en el momento en el que Travis se encontraba sobre el escenario cantando “Why Does it Always Rain On Me?”, un hecho insólito, tomando en cuenta que aquel había sido un día soleado.

Con 20 años de recorrido, The Man Who es uno de los discos más importantes en la historia de la música británica, su legado sirvió para que bandas como Coldplay, Starsailor, The Killers, etcétera, consiguieran un lugar en la escena. Negar la influencia de The Man Who, por ejemplo, en Parachutes, el álbum debut de Coldplay, resulta hasta contradictorio.

Hoy el grupo cuenta con más de dos décadas de trayectoria y ocho discos en su haber. Si bien no es una banda que mueve masas, como en su momento lo hicieron Oasis, Blur e incluso Coldplay, podemos decir que Travis es uno de esos grupos que surgen cada cierta cantidad de años, de esas que, más que conseguir adeptos, buscan cómplices y compañeros. Su historia no es la de un éxito abrumador, pero sí la de un grupo de amigos que, armados con sus propios instrumentos, supieron que su arte es el de cantar con total honestidad, un acto hasta revolucionario en estos días.

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Alonso Efeese