Los Cramps y la invención del psychobilly
MÚSICA

Los Cramps y la invención del psychobilly

Rocanrolero, artista visual de la tercera dimensión, coleccionista pop, creyente de civilizaciones espaciales, era conocido como “El Rey de la Cultura Basura” por su canción “Garbage Man” y su afición al kitsch. Dicen que se enfrió el cinco de febrero de 2009 en un hospital de Glendale, California, por un fallo cardiaco. Pero ya estaba muerto, era el Zombie de Elvis que junto a Poison Ivy formó a Los Cramps, el grupo punk que inventó el psychobilly.

Lux interior

 “Estamos en el funeral de Lux Interior”.

Los Esquizitos

Cual personaje de historieta, Erick Lee Purkhiser (1946) cayó from outer space en Stow, Ohio, a las afueras de Akron. Creció entre sus hermanos, Michael y Ronald, consumiendo la materia prima musical y lírica de su futuro: el rock de los cincuenta, los cómics, las series de ciencia ficción y las películas de horror.

Al iniciar los setenta se fue a California a estudiar arte en la Universidad de Sacramento, donde conoció a la enigmática Kristy Wallace. En cierta ocasión, la pelirroja pedía aventón afuera del campus y por supuesto que la recogió, la vampiresa usaba un vestido que lo paralizó por completo.

Días más tarde coincidieron en la clase de Arte y Chamanismo, donde ella le aplicó el control mental (“siéntate junto a mí, siéntate junto a mí…”) para tenerlo en el lugar de al lado. Y vivieron embrujados el resto de sus días.

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The Cramps
Poison Ivy y Lux Interior. Michael Lavine, 1991

Inseparables por alguna fuerza obscura que los pegó de locura, 37 años de soul mates, juntos asistieron a la muerte del hipismo, al nacimiento del punk y a todo lo que vino después en el rock, desde la new wave hasta el grunge y el indie.

En 1973 se mudaron a Akron, la ciudad rockera de Ohio (también cuna de Los Black Keys, quienes han declarado la influencia de Los Cramps en su música).

Fue ahí donde básicamente pasaron dos años de viaje en ácido al pasado, escuchando vinilos y concibiendo un proyecto musical en un formato un tanto extraño: voz, guitarras y batería.

Él cambió su nombre por el de Lux Interior, salido de un comercial de coches de lujo; ella, por el de Poison Ivy Rorschach, revelación en un sueño de cómic con tintes tóxicos psicológicos.

Los Cramps en New York

En 1975 Los Cramps se lanzaron a Nueva York, al epicentro del punk gringo, y se desquintaron el primero de noviembre de 1976, con los Deadboys, en el Country Blues Grass Bar (CBGB): Lux Interior en las voces, Poison Ivy en la guitarra, el intimidante Bryan Gregory en la otra guitarra (fallecido en 2001, él mismo manejó hasta el hospital, donde sufrió un colapso) y la baterista Pam Balaam (hermana de Gregory), remplazada por Miriam Linna (después con los A-Bones, a quienes escuchamos en el Alicia hace unos años).

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The Cramps 
The Cramps

Desde entonces, sus presentaciones, siempre subterráneas, cobraron fama de exorcizar al respetable con excesos y desenfreno. Bailes descabellados, contorsiones, nudismo, saltos desde cualquier sitio, baños de sangre, sudor y vino. El exhibicionismo y el travestismo eran los fuertes de Lux, a quien le gustaba ponerse guapa y mostrar sus partes nobles.

En 1978, de gira con Los Mutants, tuvieron una idea fuera de serie: tocar para los pacientes del California State Mental Hospital en Napa, la presentación fue un rotundo y retorcido éxito. Durante las giras los miembros del grupo solo debían observar una regla: por ningún motivo podían ser vistos a la luz del día. Todo lo demás estaba permitido.

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A lo largo de su carrera, entre 1976 y 2009, Los Cramps tuvieron una rotación de personal notoria: 21 rockeros pasaron por sus filas, entre los que sobresalen el misterioso baterista Nick Knox (un chingón que perdió un ojo en los ochenta por una infección y decidió retirarse), el guitarrista de Gun Club, Kid Congo Powers (después con Nick Cave), el baterista Jim Sclavunos (también con Nick Cave) y la deseable bajista Candy del Mar.

Sólo Ivy e Interior se mantuvieron como el núcleo maligno de creación, a pesar de sus interminables problemas con las disqueras: ocho discos, dos EPs, dos grabaciones en vivo y cinco recopilatorios en los que le dieron rienda suelta al rockabilly, al blues, al rhythm and blues, al country, al garage de los sesenta y al surf, entre otros ritmos.

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La receta secreta de su sonido twangy era la combinación del guitarreo bronco y serrador de Posion Ivy, quien siente predilección por las guitarras Gretsch, Lewis y Gibson, los amplificadores Fender y los pedales como el Univox Super Fuzz, el Tremolo Fulltone y el Delay Maxon. Ella y su estilo, unida en un pacto de sangre a las vocalizaciones extremas de Lux Interior, cuya garganta de hule incluía un catálogo de expresiones, fraseos y onomatopeyas con las que imitaba toda clase de seres y máquinas: monstruos, animales, aves, insectos, motores de trenes, coches, motocicletas, naves…

Los Cramps colaboraron en la definición del punk rock americano y para eso viajaron al pasado y realizaron un rescate musical, buscaban capturar la energía primigenia y anfetamínica del rock de los cincuenta, el de Sam Phillips en los Sun Studio de Memphis. Al cine de horror, la ciencia ficción y los cómics le agregaron sexo, porno, perversiones, LSD, brujería, enfermedades de la mente, humor vulgar y mal gusto (al estilo de Los Sonics).

Así concibieron un rock de miedo cheesy. Como en una novela de terror, desenterraron la vieja música y le dieron un twist de ultratumba. Tenían algo raro entre manos, un engendro que Poison Ivy bautizó en sus flyers como “Psychobilly”.

Ya ha dicho que el término lo extrajo de la canción “One Piece at a Time” de Wayne Kemp, grabada por Johnny Cash: “Uh, yow, Red Ryder / This is the cotton mouth / In the Psycho-Billy Cadillac / Come on, this is the cotton mouth…” Con todo eso crearon un sonido que desencadenó la corriente encabezada por Los Meteors, Los Frantic Flinstones, Nekromantix y Los Helbillys (a quienes vimos por acá en los noventa).

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Portada de Bad Music for the Bad People
Portada de Bad Music for the Bad People

En México Los Cramps podían escucharse en el Tianguis del Chopo, en el Tutti Frutti y en Dark Zone, pero nadie contaba con la horda de seguidores que salieron de la tierra cuando se presentaron en La Última Carcajada de la Cumbancha (LUCC), en 1992, como parte de la gira Look Mom No Head.

El foro fue insuficiente, no hubo forma de contener el portazo, un tsunami de punks irrumpió en el antro para ver al grupo de la Hiedra Venenosa, con su faldita, su guitarrota y esa cabellera china roja. Lux Interior iba en lycras negras y tacones, rodaba por el piso, se bañaba con vino, escalaba los altavoces y se metía todo el micrófono a la boca para hacer sus increíbles onomatopeyas. Dieron un show inolvidable, lo cual reafirmó el culto y lo hizo más grande.

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Lux Interior. thecramps.com

Entre los grupos nacionales de garage son materia de estudio y existen Los Calambres, con dos discos, a quienes escuchamos en el Alicia y en las tocadas de Dark Zone. Por su parte, Los Esquizitos homenajean al grupo en su primer disco de 1998, la rola “El Moscardón” es la versión local de “Human Fly”.

Y en su reciente Tú quieres ser como yo despiden al Rey Basura con una canción que escribieron precisamente el cinco de febrero de 2009, “Lux Interior”.

PERIODISMO MUSICAL: TAN LEJOS DE LA REFLEXIÓN Y TAN CERCA DEL NEPOTISMO

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Rogelio Garza

Escritor, publicista y ciclista. Durante más de 10 años escribió la columna Zig-zag en revista La Mosca. En 2008 editó y publicó Las Bicicletas y sus Dueños y en 2014 apareció Zig-Zag, Lecturas para Fumar, una compilación de sus mejores debrayes en la revista del insecto y otros medios.