Los cybercirujas: la resistencia contra la obsolescencia programada
Tecnología

Los cybercirujas: la resistencia contra la obsolescencia programada

El consumo tecnológico desenfrenado ha creado una paradoja global: mientras la innovación avanza a pasos agigantados, el planeta se inunda de basura electrónica. Frente a este modelo de «usar y tirar» se levanta un movimiento contracultural y activista que desafía las reglas del juego. Son los cybercirujas, una red de activistas, ingenieros y entusiastas que promueven la reparación, la reutilización y el reciclaje de dispositivos digitales. Este movimiento no es solo una moda, es una filosofía que busca redefinir nuestra relación con la tecnología desde las bases.

La historia de los cybercirujas no tiene una fecha de fundación o un líder único; surgió de manera espontánea en la primera década de los 2000, impulsado por una creciente conciencia sobre el impacto ambiental de los desechos electrónicos y la frustración con la obsolescencia programada. Sus miembros, muchos de ellos ligados a la cultura hacker y al software libre, empezaron a compartir conocimientos sobre cómo revivir computadoras viejas, teléfonos descartados y otros componentes. Así, el movimiento se consolidó como una red descentralizada que opera desde las bases, con una filosofía de autosuficiencia y comunidad.

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los cybercirujas

La principal acción de los cybercirujas es «rescatar» la tecnología que otros desechan. Utilizan los materiales encontrados en basureros, vertederos o puntos de reciclaje para desarmar, reparar y reensamblar. ¿Qué es lo que hacen? Organizan talleres colaborativos y hackatones donde enseñan a soldar, a diagnosticar fallas de hardware y a instalar sistemas operativos de código abierto. De esta forma, una computadora de hace 15 años puede ser perfectamente funcional. Con estas prácticas, los cybercirujas convierten la basura en una herramienta para la educación y la creatividad.

Más allá de la reparación, lo que busca el movimiento es un cambio de paradigma. Su objetivo principal es combatir la obsolescencia programada, que es la práctica de diseñar productos con una vida útil artificialmente corta. Al demostrar que los dispositivos viejos pueden ser funcionales y útiles, los cybercirujas desafían a las grandes corporaciones y al consumismo. De igual forma, buscan promover la inclusión digital, ya que las computadoras restauradas son a menudo donadas a escuelas o comunidades de bajos recursos. La labor de los cybercirujas en este sentido, cierra el ciclo virtuoso de la tecnología.

En esencia, este movimiento es un manifiesto de acción directa. No se limita a protestar, sino que resuelve problemas de manera concreta y demuestra, con hechos, que otro modelo de consumo es posible. Al darle una segunda vida a los objetos, sus miembros no solo reducen la contaminación y salvan recursos, sino que también recuperan el conocimiento técnico y fomentan una cultura de autosuficiencia y comunidad. La labor de los cybercirujas no se trata solo de tecnología; se trata de una poderosa declaración sobre el derecho a la reparación, el acceso equitativo y un futuro más sostenible.

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Stephanye Reyes

Periodista (Carlos Septién García). Exploradora de la cultura alternativa y la disidencia. Lee mi columna para un análisis de derechos humanos e impacto social en la urbe. Hago fotografía de todo lo que mis miopes ojos ven: Ig: @bruja_amapola