El documental comandado por Karen O’Connor muestra a una mujer resiliente, herida por los abusos de una relación tóxica con su padre. La intérprete de canciones como “Gracias a la vida”, “Donna Donna” y “Forever Young”, la icónica Joan Baez, es retratada fielmente en su vida artística, y en lo personal e íntimo de quien ha encontrado en la música, terapia y acompañamiento para sobrellevar la vida.
La diferencia entre el ruido y el sonido radica en encauzar adecuadamente las vivencias y demonios internos, para poder crear así canciones como “House of the Rising Sun”, “Con tres heridas”, “East Virginia” y “No nos moverán”. Efectivamente, Joan Baez está hecha de mucho ruido, ha sido un ruido en demasiadas ocasiones, sin embargo de la intermitencia de sus estados de ánimo ha sabido crear arte.
La producción cinematográfica revela abusos, injusticia, frustración. La protagonista impregnó de esencia lo capturado. Un documental que tomó forma y estructura durante la gira de despedida de Joan Baez, entre 2018 y 2019. Dotado de fragmentos de su vida de pasos descalzos en California, y de la contraparte, taciturna y oscura, de las noches de insomnio e incomodidad en un viejo autobús.
Karen O’Connor, en conjunto con Miri Navasky y Maeve O’Boyle, recopilaron retazos de una vida compuesta sí, por grandes momentos de felicidad.
Timothée Chalamet interpretará a Bob Dylan en nueva biopic
Pero como todo en la vida, la tristeza se cuela, se infiltra a través de una confesión sobre los abusos del padre de Joan Baez, de los que también fue víctima su hermana Mimi. Se vuelve inevitable la estupefacción. El dolor se comparte, se identifica y resurge colectivamente desde las entrañas palpitantes. La felicidad vivida y por supuesto visualizada en el documental se pone en duda. ¿Cómo Joan Baez pudo ser feliz entre terapias psiquiátricas, ataques de ansiedad y hasta celos entre ella y su hermana? Resistiendo, siguiendo adelante. La fortaleza debe ser parte del camino.
En la grabación se puede ver a Joan Baez maquillándose para salir al escenario, lo que hace parecer que se ha sobrepuesto a tanto dolor, que ha superado todos los momentos que la han lastimado. La cámara parece esperar un momento de quiebre, que no llega. Y es justo mediante lo fijo de la toma que se logra comprender que nadie sana por completo de un pasado tan doloroso.
Joan Baez se encuentra durante todo el metraje al borde del llanto. Su voz, considerada como de las más bellas y representativas de las décadas de los años sesenta y setenta, es privilegiada. La considerada como reina del folk ha luchado políticamente contra la segregación racial y en contra de la Guerra de Vietnam. El documental muestra su rostro sincero, puro, a corazón abierto.
UNA PLEGARIA PARA EL FLACO: SPINETTA ES SPINETTA, CARAJO
La cinta muestra a una Joan Baez libre: en un baile con músicos callejeros de París, sobreponiéndose a los conflictos emocionales derivados de la misma capacidad de sobreponerse. En sus actuaciones en el Festival de Newport, y mediante detalles de su caótica relación con Bob Dylan, de quien se hará una película protagonizada por Timothée Chalamet, cuyo rodaje ya comenzó en Nueva Jersey.
Joan Baez participó en la marcha en Washington en 1963, y apoyó a la población afroamericana en el puente Edmund Pettus de Selma junto a Martin Luther King en 1965. Ambos sucesos se cuentan en el documental.
De la relación con Bob Dylan se confiesa embriagada, encantada con el talento del compositor, quedando con el corazón roto. De su matrimonio sobresalen los periodos descontrolados. De su activismo, su sensibilidad hacia la injusticia. Una producción cargada de un fuerte pasado y un permanente deseo por estar en el presente.
Joan Baez está hecha de ruidos y heridas, de sobrevivencia y fortaleza. La vida es una constante decisión de seguir, y no sólo seguir porque sí, sino haciendo lo que uno ama. Como esa capacidad innata de saber hacer música de lo roto, transformar en sonidos todos aquellos ruidos que nos definen.
Stephanye Reyes
Periodista en deformación. Humana por imposición, bruja por elección. Ojos defectuosos pero talentosos. Hago fotografía de todo lo que mis miopes ojos ven: Ig:bruja_amapola