En los años 30, Robert Cornish logró hacer lo imposible: revivir a los muertos. A lo largo de una serie de experimentos a los que llamó «Proyecto Lázaro», logró que dos perros revivieran. Este logro llamó la atención del mundo. Sin embargo, a la hora de intentar hacer el mismo experimento con humanos, le fue prohibido por lo que no sabremos si esta técnica podría haber funcionado.
Robert Cornish: el niño prodigio
Nacido en 1903, Robert Cornish mostró desde muy joven habilidades muy especiales dentro de los estudios académicos. Se graduó de la secundaria a los 15 años, dos años antes de lo normal. Después se graduó con honores de la universidad de Berkley, su especialidad: biología. Para la edad de 22 años, ya contaba con un doctorado.
Fue de inmediato que Robert Cornish comenzó a trabajar en la universidad de Berkley, pues fueron ellos mismos los primeros en darse cuenta de su potencial com científico.
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Proyecto Lázaro
Desde siempre Robert Cornish tuvo una fijación con la muerte. Es así como se propuso crear una técnica para lograr revivir a los muertos. Para lograr este inusual objetivo, a la edad de 31 años creo el Proyecto Lázaro. Su nombre lo saco de la historia de la Biblia en la que Jesucristo resucitó a un hombre de nombre Lázaro.
Sus primeros experimentos los realizó con tres perros. Primero les inyectó éter, un líquido que se utiliza en medicina como anestésico, según el portal especializado Britannica. De esta manera, los animales morían clínicamente y Robert podía poner en marcha su esperanzadora teoría para lograr revivir a los animales.
El biólogo creía que si balanceaba el cuerpo muerto de arriba abajo (como un columpio) en repetidas ocasiones, y le aplicaba sangre, anticoagulantes y oxígeno, podía reactivar los sistemas del cuerpo inerte.
Los tres primeros intentos fueron un fracaso, pero los dos últimos canes revivieron y sobrevivieron durante meses. Eso sí, resucitaron con importantes daños cerebrales, alteraciones nerviosas severas, motricidad desequilibrada y ceguera.
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Polémica y prohibición
Debido al éxito de su experimento, el hecho se convirtió en una noticia que generó interés alrededor del mundo. Sin embargo, no todos estaban de acuerdo con los métodos del Dr. Cornish. Los primeros en levantar la voz fueron los defensores de los animales, lo que provocó que le prohibieran hacer el experimento más veces debido al trato que le estaba dando a los perros.
Sin embargo, el problema mayor llegó cuando quizo replicar el experimento con humanos. Para lograrlo propuso disponer del cuerpo de un preso condenado a muerte. Su intención era revivir el cadaver una vez que el estado ejecutara su sentencia.
Para sorpresa de nadie, el gobierno no aceptó este experimento. Esto por el miedo a que lograra revivir al preso y este saliera libre, pues técnicamente ya habría cumplido su sentencia.
Es así como este experimento nunca pudo realizarse y el mundo se preguntó ¿qué hubiera pasado? La duda sigue hasta la fecha ya que nadie continuó con esta línea de experimentación. Es así como el sueño de la vida eterna se le escapó a la humanidad.
Ruy Martínez
Músico de profesión; periodista de oficio. Reportero en Indie Rocks! y donde se me invite. Lector activo. Amante de el cigarro y la buena (y mala) cerveza.
