Conoce los  7 experimentos científicos más crueles de la historia
ANIMALES CIENCIA

Conoce los 7 experimentos científicos más crueles de la historia

La ciencia posee un lado oscuro como ningún otro. No se trata simplemente de algo sombrío. Pasa de lo lúgubre a lo tenebroso. Muchos de los «avances» se han dado mediante el sufrimiento, ya sea animal o humano. No existe la opción de rechazo al procedimiento, ni de una persona cuyo propósito es resignarse y entregarse en pro de los beneficios de los logros científicos; mucho menos de un ser de otra especie, que no articula un no como respuesta ante las vejaciones que sufre su cuerpo. Por eso consideramos importante conocer los experimentos científicos más crueles de la historia.

Saber lo que se hizo en nombre de la ciencia nos permite discernir con certeza entre lo malo y lo bueno. Conocer procedimientos de la comunidad científica que representan la crueldad y que se alejan por completo de la noción de nobleza que se dice, representa lo humano. Cualquiera con un poco de corazón los percibirá perturbadores. Son experimentos científicos crueles que conforman lo lóbrego y aciago de lo que se supone se hace en búsqueda de una mejor calidad de vida.

Muertos vivientes

El científico estadounidense Robert Cornish consiguió popularidad en la década de los años 30, debido a las excentricidades de sus procedimientos. Afirmó haber encontrado la manera de revivir a seres muertos al ponerlos en un subibaja que hacía circular su sangre por todo el cuerpo. Se trata de uno de los experimentos más crueles de la historia, ya que mientras se sacudían bruscamente los cuerpos se les inyectaba anticoagulantes y adrenalina.

Los más desafortunados fueron perros que después de ser estrangulados, eran sometidos al perturbador procedimiento. Después de pruebas y aparentes éxitos, Thomas McMonigle, un prisionero condenado a muerte, aceptó someterse al cruel experimento. Sin embargo, el gobierno de California negó el permiso. La razón, miedo a que el procedimiento funcionara y quedará así en libertad, como un muerto viviente.

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Perro de dos cabezas

Este es sin duda uno de los experimentos científicos más crueles de la historia, y nuevamente son los animales quienes sufren y padecen en nombre de la ciencia. El científico y cirujano soviético, Vladimir Demikhov, unió la cabeza de un cachorro al cuerpo de un pastor alemán adulto en 1954.

El cachorro podía beber leche pero de inmediato chorreaba por el cuello, debido a que su cabeza no estaba conectada al esófago del perro adulto. Ambos animales murieron por el rechazo de los tejidos, sin embargo eso no fue impedimento para que Demikhov realizara 19 perturbadores experimentos perturbadores más, en intento de crear un animal bicéfalo.

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Experimento Vanderbilt

Son de los experimentos científicos más crueles que se pudieron llevar a cabo en la década de los años 40. Mujeres embarazadas engañadas para participar en un estudio que tendría graves consecuencias. Las investigadoras ofrecieron supuestas bebidas vitamínicas que contenían hierro radioactivo.

El malévolo propósito de tan perturbador procedimiento, consistía en averiguar la rapidez con la que el radioisótopo atravesaba la placenta. Posterior al estudio muchas mujeres fueron diagnosticadas con cáncer. Por lo menos siete bebés murieron de leucemia.

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Caras pintadas

En 1924 Carney Landis, científico de la Universidad de Minnesota, investigó mediante un método perturbador las expresiones faciales de disgusto de varias personas. Es considerado como uno de los experimentos científicos más crueles, ya que para exagerar las expresiones en los rostros dibujó líneas con un corcho quemado.

Después pedía a las personas que olieran amoníaco, escucharan jazz, miraran fotografías y pusieran la mano en un balde lleno de sapos. También pedía al voluntario decapitar una rata blanca, a lo que la mayoría accedía entre dudas, maldiciones y llanto. El perturbador experimento mostró la facilidad con la que la gente obedece a figuras de autoridad, más si del ámbito científico se trata.

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Elefante y ácido

En uno de los experimentos científicos más crueles de la historia, se suministraron 297 miligramos de LSD a un elefante. Fue Warren Thomas, director del zoológico donde habitaba el paquidermo, quien inyectó 3 mil veces la dosis considerada apta para humanos.

La finalidad del perturbador procedimiento consistía en lograr inducir el musth, estado de incremento de la excitación sexual que provoca agresividad en los elefantes, y que naturalmente se da una vez al año. La muerte de Tusko por la sobredosis provocó un escándalo público, sin embargo la comunidad científica defendió a Warren, bajo del argumento de que los investigadores también probaron la sustancia, y que no esperaban ocurriera el deceso del gran y hermoso ejemplar de elefante.

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Los Prisioneros de San Quintín

Mediante implantes de testículos de carneros, cabras y jabalíes en los cuerpos, aún con vida, de prisioneros de San Quintín, el doctor Leo Stanley buscaba la forma científica de rejuvenecer a hombres viejos.

Lo anterior fue uno de los experimentos más crueles de la historia, con un periodo de duración de alrededor de 40 años. Tiempo en el que experimentó cruelmente. Injertó testículos de hombres muertos en hombres adultos de la prisión en California.

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Los pavos y el palo

Martin Schein y Edgar Hale, de la Universidad de Pennsylvania, eran estudiosos del comportamiento sexual de los pavos en la acalorada época del 60. Su postulado era que las aves no eran nada exigentes a la hora de elegir pareja para reproducirse.

El tétrico experimento que los llevó a esa conclusión fue colocar a un pavo hembra junto a un pavo macho e ir desmembrando a la hembra poco a poco sin que el macho perdiera el interés. Incluso, cuando solo quedaba la cabeza del ejemplar femenino en un palo, el macho continuaba exitándose.

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Stephanye Reyes

Periodista en deformación. Humana por imposición, bruja por elección. Ojos defectuosos pero talentosos. Hago fotografía de todo lo que mis miopes ojos ven: Ig:bruja_amapola