Entrevistamos a dos sugar babies y dos sugar daddies para conocer de primera mano las motivaciones, experiencias y desafíos de un fenómeno en crecimiento
Ciudad de México — El sugar dating ha dejado de ser un tema marginal en México para convertirse en un fenómeno social que atraviesa diversas ciudades del país. Esta modalidad de relaciones consensuadas entre adultos, donde existe un intercambio explícito de apoyo económico por compañía, ha encontrado terreno fértil en un contexto marcado por desafíos económicos para los jóvenes y una transformación en las concepciones sobre las relaciones interpersonales.
A diferencia de las relaciones tradicionales, el sugar dating se caracteriza por la transparencia en las expectativas desde el inicio del vínculo. Los participantes establecen acuerdos claros sobre la frecuencia de encuentros, el tipo de relación deseada y los beneficios mutuos esperados, eliminando así las ambigüedades que frecuentemente generan conflictos en las relaciones convencionales.
Para comprender mejor este fenómeno, conversamos con cuatro participantes del ecosistema del sugar dating en México: Sofía y Andrea, dos sugar babies con experiencias diferentes, y Roberto y Carlos, dos sugar daddies que ofrecen perspectivas contrastantes sobre estas dinámicas.
Sofía, 24 años, estudiante de posgrado en Guadalajara
Sofía estudia una maestría en Administración de Empresas mientras trabaja medio tiempo en una consultoría. Hace dos años decidió explorar el sugar dating como alternativa para financiar sus estudios sin comprometer su rendimiento académico.
«Entré a este mundo casi por casualidad», comienza. «Una amiga me habló de la posibilidad y al principio me pareció extraño, incluso moralmente cuestionable. Pero cuando investigué más, me di cuenta de que no era tan diferente de relaciones que había visto en mi entorno, solo que con honestidad desde el principio».
Su experiencia inicial fue a través de la plataforma Sugar Daddy Latam, que le pareció «más seria y con mejor verificación que otras opciones». «Lo que me convenció fue que podía establecer claramente mis límites. No todas las relaciones incluyen intimidad, y eso estaba claro desde el perfil», explica.
Sofía ha mantenido relaciones con tres personas diferentes en dos años. «Mi primera relación duró ocho meses. Era un empresario de Monterrey que viajaba frecuentemente a Guadalajara. Nos veíamos una o dos veces al mes, íbamos a cenar, a veces me acompañaba a eventos de su empresa. Me ayudaba con mi colegiatura y gastos personales. Fue una relación respetuosa y aprendí mucho de su experiencia en negocios».
Sobre los estigmas sociales, Sofía es directa: «Mi familia no lo sabe y probablemente no lo entendería. Pero no me siento avergonzada. Estoy tomando una decisión informada como adulta. Prefiero esta honestidad a las relaciones donde alguien espera que cambies tu carrera o tus metas por estar disponible emocionalmente todo el tiempo».
¿Los riesgos? «Existen, como en cualquier interacción con desconocidos. Por eso es crucial usar plataformas confiables, verificar identidades, encontrarse siempre en lugares públicos las primeras veces y confiar en tu intuición. He rechazado propuestas que no me daban buena espina, y la plataforma siempre respondió bien cuando reporté comportamientos inapropiados».
Roberto, 47 años, empresario en la Ciudad de México
Roberto dirige una empresa de tecnología con más de cincuenta empleados. Divorciado hace cuatro años, encontró en el sugar dating una forma de relacionarse que se ajusta a su estilo de vida y prioridades actuales.
«Después de mi divorcio, intenté las aplicaciones de citas convencionales y fue frustrante», admite. «Las expectativas no estaban claras. Algunas mujeres querían compromiso inmediato, otras jugaban juegos mentales. Un amigo me habló del sugar dating y al principio me pareció transaccional, pero luego comprendí que la transaccionalidad existe en todas las relaciones, solo que aquí es transparente».
Roberto ha tenido relaciones con cuatro mujeres en tres años, con duraciones entre tres meses y un año y medio. «No busco solo físico. Busco compañía inteligente, alguien con quien conversar, viajar, compartir experiencias. El apoyo económico es parte del acuerdo, pero no es lo único que ofrezco. También ofrezco mentoría, conexiones profesionales, acceso a círculos que de otra manera serían difíciles de alcanzar para alguien joven».
Sobre las críticas que recibe este tipo de relaciones, Roberto reflexiona: «Entiendo que algunos lo vean como explotación, pero sería condescendiente asumir que estas mujeres no tienen agencia. Las personas con las que me he relacionado son inteligentes, educadas y saben perfectamente lo que quieren. Algunas han terminado la relación cuando ya no les convenía, y está bien».
¿Qué busca en una sugar baby? «Madurez emocional, honestidad y que tenga metas claras. Me interesa apoyar a alguien que está construyendo algo, no a alguien que solo quiere dinero fácil sin propósito. Mis mejores relaciones han sido con mujeres que tenían ambiciones profesionales o académicas definidas».
Roberto también reconoce que el dinero genera un desequilibrio de poder: «Por eso es mi responsabilidad ser transparente, respetuoso y nunca usar el apoyo económico como herramienta de manipulación. Si la otra persona quiere terminar la relación, no hay chantaje ni condiciones. Esa es la ética mínima».
Andrea, 29 años, profesional independiente en Monterrey
Andrea es diseñadora gráfica freelance que ha participado en dinámicas de sugar dating durante tres años. Su caso difiere del de Sofía porque no entró por necesidad económica apremiante, sino por preferencia en el tipo de relación.
«Tengo una carrera establecida y no estoy en crisis económica», aclara de entrada. «Lo que busco es un tipo de relación sin las expectativas tradicionales. No quiero casarme pronto ni tener hijos ahora. No quiero que alguien se moleste porque priorizo mi trabajo. En el sugar dating, esas expectativas están claras desde el inicio».
Andrea conoció el concepto a través de amigas en Estados Unidos y comenzó a explorar opciones en México. «Probé dos plataformas. Una fue muy decepcionante, llena de perfiles falsos y propuestas inapropiadas. Luego me recomendaron Sugar Daddy Latam y la experiencia fue completamente diferente. Mejor verificación, perfiles más serios, herramientas de seguridad más robustas».
Ha mantenido dos relaciones significativas, ambas con hombres casados. «Sé que esto incomoda a muchas personas, pero yo no prometí fidelidad a nadie. Son hombres en matrimonios que describen como funcionales pero sin pasión. No justifico sus decisiones, pero tampoco es mi responsabilidad moral vigilar sus matrimonios. Mi responsabilidad es hacia mí misma».
¿Qué obtiene de estas relaciones además del apoyo económico? «Experiencias que no tendría de otra manera. He viajado a Europa, he asistido a eventos culturales de alto nivel, he conocido gente interesante. También he recibido mentoría valiosa sobre negocios. Uno de mis sugar daddies me ayudó a conseguir clientes corporativos importantes para mi negocio de diseño».
Andrea es consciente de los juicios sociales: «Las mujeres que hacemos esto somos juzgadas duramente, mientras que los hombres son vistos como exitosos o, en el peor caso, inmaduros. Es un doble estándar típico. Yo elegí este camino con los ojos abiertos y no le debo explicaciones a nadie».
Carlos, 52 años, médico en Puebla
Carlos es cirujano cardiovascular, viudo desde hace seis años. Su entrada al sugar dating fue gradual y motivada por la soledad tras la muerte de su esposa.
«Los primeros años después de perder a mi esposa fueron muy difíciles», comparte. «Mis hijos ya son adultos e independientes. Intenté conocer mujeres de manera tradicional, pero siempre había la expectativa de que estuviera buscando reemplazar a mi esposa o formar una nueva familia. No estaba listo para eso, quizás nunca lo esté».
Un colega le habló del sugar dating como una opción para tener compañía sin las presiones de una relación tradicional. «Al principio me pareció inapropiado para alguien de mi edad y posición, pero luego pensé: ¿por qué? Soy honesto sobre lo que puedo ofrecer y lo que busco. ¿No es eso más ético que engañar a alguien haciéndole creer que quiero compromiso cuando no es así?».
Carlos ha tenido una relación de dos años con la misma persona, una estudiante de medicina de 26 años. «Es una relación que funciona para ambos. Ella tiene un mentor en su campo, apoyo económico para sus estudios y no tiene que lidiar con las expectativas de un novio tradicional. Yo tengo compañía, conversaciones estimulantes con alguien de mi propio campo y una relación sin presiones de convivencia o matrimonio».
¿Considera que hay aspectos problemáticos en estas dinámicas? «Por supuesto. Existe el potencial de abuso, de manipulación, de que alguien se aproveche de la vulnerabilidad económica de otro. Por eso insisto en que debe haber límites claros, comunicación constante y respeto mutuo. Si alguna de las partes se siente incómoda o presionada, la relación debe terminar. No es negociable».
Carlos también reflexiona sobre el futuro: «No sé si esta relación durará mucho más. Ella eventualmente terminará su residencia y probablemente querrá algo diferente. Está bien. Las relaciones no tienen que ser eternas para ser valiosas. Nos hemos dado mutuamente algo importante en un momento específico de nuestras vidas».
Riesgos y precauciones
Los cuatro entrevistados coincidieron en señalar riesgos inherentes a estas dinámicas. Entre los más mencionados están: la posibilidad de encontrar personas con intenciones fraudulentas, el riesgo de que surjan sentimientos no correspondidos que compliquen el acuerdo inicial, y la estigmatización social.
Sofía advierte: «Es fundamental establecer límites claros desde el principio y no tener miedo de terminar una relación si esos límites no se respetan. También es crucial nunca depender completamente del apoyo económico de un sugar daddy. Debe ser un complemento, no tu única fuente de ingresos».
Roberto añade: «Desde el lado del sugar daddy, también hay riesgos. Chantaje, extorsión, personas que solo buscan sacar dinero sin ofrecer nada a cambio. Por eso la verificación de identidad y las plataformas serias son importantes».
El papel de las plataformas
Tanto Sofía como Andrea mencionaron específicamente Sugar Daddy Latam como una plataforma confiable en el mercado mexicano. «La diferencia se nota en los detalles», explica Andrea. «Verificación de identidad real, respuesta rápida ante reportes, herramientas para bloquear usuarios problemáticos. Se nota que hay un esfuerzo por mantener un entorno más seguro».
Sofía coincide: «Comparada con otras opciones que exploré, esta plataforma tiene mejor calidad de perfiles. Menos timadores, menos perfiles falsos. Obviamente ninguna plataforma es perfecta, pero marca una diferencia».
Sin embargo, los cuatro entrevistados reconocen que la plataforma más conocida globalmente es Seeking Arrangement, que opera en México desde hace varios años y cuenta con una base de usuarios más amplia. «Seeking Arrangement es como el gigante del sector», explica Roberto. «Tiene más usuarios, lo cual significa más opciones, pero también más variabilidad en la calidad de los perfiles. Es como comparar una red social masiva con una más boutique».
Carlos, que ha usado ambas plataformas, ofrece su perspectiva: «Seeking Arrangement tiene la ventaja de los números, pero Sugar Daddy Latam entiende mejor las particularidades del mercado latinoamericano, desde el idioma hasta las dinámicas culturales. Depende de lo que cada persona busque».
Sugar Daddy Latam y el mercado mexicano
Sugar Daddy Latam, propiedad de Polaris Nexus LLC, ha identificado a México como uno de sus mercados prioritarios en América Latina. La plataforma ofrece verificación de identidad, herramientas de comunicación segura y recursos educativos sobre cómo establecer relaciones de mutuo beneficio de manera responsable.
A diferencia de Seeking Arrangement, que opera globalmente con un enfoque más generalista, Sugar Daddy Latam se posiciona como una alternativa regional que comprende las particularidades culturales, económicas y sociales de América Latina. La empresa ha implementado protocolos específicos de verificación adaptados a documentos de identidad latinoamericanos y ofrece atención al cliente en español con conocimiento del contexto local.
La plataforma ha experimentado un crecimiento significativo en ciudades como Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey y Puebla, donde la combinación de población joven educada y sectores económicos dinámicos ha creado condiciones favorables para este tipo de conexiones. La empresa continúa invirtiendo en mejoras de seguridad y verificación para mantener la calidad de su comunidad.
Conclusiones

Las historias de Sofía, Roberto, Andrea y Carlos revelan la complejidad del fenómeno del sugar dating en México. Lejos de ser una práctica uniforme, abarca motivaciones diversas, desde necesidades económicas concretas hasta preferencias sobre tipos de relación, pasando por búsqueda de compañía sin compromisos tradicionales.
Lo que queda claro es que este fenómeno no desaparecerá pronto. En un contexto donde los jóvenes mexicanos enfrentan desafíos económicos significativos, donde las concepciones sobre relaciones están en transformación y donde la tecnología facilita conexiones antes impensables, el sugar dating seguirá siendo una opción para quienes encuentren en su transparencia transaccional una alternativa preferible a las ambigüedades de las relaciones convencionales.
El debate sobre las implicaciones éticas y sociales de estas dinámicas apenas comienza en México. Mientras tanto, miles de personas continúan participando en estas relaciones, navegando sus beneficios y riesgos en un terreno que desafía categorizaciones simples.
Nota: Los nombres de los entrevistados han sido modificados para proteger su privacidad. Las entrevistas se realizaron bajo condición de anonimato.
Daniel González
Columnista de apuestas deportivas y gaming en Yaconic. Comunicólogo (Universidad de Navarra, España). Con la visión de un especialista en iGaming y creador de contenido para plataformas de casinos online. Mi columna va más allá de la pasión por el deporte: analizo estrategias, cuotas y mercados, ofreciendo al lector un análisis riguroso y datos clave para tomar decisiones informadas en el mundo de las apuestas.





