Agustín Hernández Navarro, nacido en Ciudad de México el 2 de marzo de 1924 y fallecido el 10 de octubre de 2022, fue una figura sumamente importante en la arquitectura mexicana del siglo XX. Su trayectoria, marcada por una profunda originalidad y un constante afán de experimentación. Lo consolidó como un visionario capaz de fusionar la herencia prehispánica con las corrientes modernas, creando un lenguaje arquitectónico distintivo y trascendente.
Graduado de la Escuela Nacional de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en 1950. Hernández Navarro inició su carrera en un contexto de efervescencia cultural y arquitectónica en México. Sin embargo, a diferencia de muchos de sus contemporáneos que se volcaron hacia el funcionalismo internacional. Agustín Hernández siempre buscó una identidad propia, arraigada en las raíces culturales de su país. Su fascinación por la arquitectura mesoamericana, su simbolismo y su monumentalidad, se convirtió en una fuente inagotable de inspiración que reinterpretó con audacia y maestría.
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El lenguaje arquitectónico de Hernández Navarro
Una de las características más notables de su obra es la integración de elementos escultóricos y volumétricos. Sus edificios no son meras estructuras funcionales, sino auténticas composiciones plásticas que interactúan con el entorno y evocan una profunda conexión con la tierra y la historia. La influencia de figuras como Mathias Goeritz y la corriente de la «arquitectura emocional» es palpable en su trabajo. Donde la luz, la sombra y los materiales adquieren un papel protagónico para generar experiencias espaciales y sensoriales únicas.

Cuáles son las obras más importantes de Agustín Hernández
A lo largo de su prolífica carrera, Agustín Hernández dejó un legado arquitectónico invaluable, con obras que se han convertido en íconos de la arquitectura mexicana. Entre sus trabajos más importantes, destacan los siguientes.
El Taller y Casa del Arquitecto (1975)
Ubicada en Lomas de Chapultepec, esta residencia es una declaración de principios. Con sus volúmenes angulares y el uso predominante de concreto aparente, la casa se integra armoniosamente con el terreno accidentado, ofreciendo espacios dinámicos y una profunda relación con la naturaleza. Es un manifiesto de su visión personal de la arquitectura como arte habitable y escultura funcional.

Escuela del Ballet Folklórico de Amalia Hernández (1968)
Un encargo para su hermana, la reconocida bailarina Amalia Hernández. Este edificio es una obra maestra de la integración cultural y funcional. La estructura evoca la forma de una serpiente emplumada, un claro guiño a Quetzalcóatl, deidad prehispánica. Sus rampas ascendentes y descendentes, y sus espacios abiertos, crean un diálogo entre la arquitectura y la danza, permitiendo una fluidez de movimiento y expresión.

Heroico Colegio Militar (1976)
Este complejo militar, con su imponente presencia y sus formas geométricas contundentes, es un testimonio de la capacidad de Hernández para abordar proyectos de gran escala y complejidad. La arquitectura del Colegio Militar transmite una sensación de solidez, orden y disciplina, al mismo tiempo que incorpora elementos que aluden a la cultura prehispánica y a la identidad nacional.

Conjunto Habitacional Ignacio Allende (1972)
Demostrando su versatilidad, Hernández también incursionó en la vivienda social con una visión innovadora. Este conjunto se caracteriza por la repetición de módulos con variaciones, creando una rica textura y una sensación de comunidad, sin caer en la monotonía.
Centro de Convenciones de Zacatecas (1993)
En sus etapas posteriores, Hernández continuó explorando la relación entre la arquitectura moderna y la identidad regional. Este centro, con su diseño audaz y el uso de materiales locales, se integra al paisaje desértico de Zacatecas, demostrando su sensibilidad hacia el entorno y la cultura de cada lugar.
El famoso edificio Calakmul
El Edificio Calakmul, también conocido popularmente como «La Lavadora» o «Conjunto Corporativo Calakmul». Es una otr obra emblemática del reconocido arquitecto mexicano. Fue construido en 1997 en la zona de Santa Fe, en la Ciudad de México. El nombre y el diseño del edificio están directamente inspirados en la antigua y majestuosa ciudad maya de Calakmul, ubicada en Campeche, cuyo nombre significa «dos montículos adyacentes».

Vic Vertigo
Redactora con 5 años de experiencia en el periodismo. Reportera especializada en cultura alternativa. Lee mi columna para un análisis profundo de las subculturas, arte urbano y la escena disidente de la urbe.





