Cuentos de terror latinoamericano: de los clásicos a los contemporáneos, gratis
Literatura

Cuentos de terror latinoamericano: de los clásicos a los contemporáneos, gratis

Los cuentos de terror latinoamericano representan un género vibrante que se niega a la etiqueta simple de «fantasmas», prefiriendo explorar las profundidades del miedo a través de una rica mezcla de horror psicológico, gótico social y folclore regional. Desde las estancias del Río de la Plata hasta el México gótico, esta guía definitiva compila las ocho obras más esenciales y perturbadoras que todo lector debe conocer.

Esta selección abarca desde los pilares fundacionales como Horacio Quiroga y Julio Cortázar, quienes definieron el cuento breve en español, hasta las poderosas voces contemporáneas de Samanta Schweblin y Mónica Ojeda, demostrando cómo los cuentos de terror latinoamericano han evolucionado para reflejar las ansiedades modernas, manteniendo siempre una atmósfera única e inolvidable.

Escritoras de terror latinoamericanas: género y crítica desde el neo gótico

El huésped (1959) — Amparo Dávila (México)

Este cuento es una cumbre dentro de los cuentos de terror latinoamericano por su atmósfera de asedio psicológico. Amparo Dávila logra transformar el hogar en una cárcel para la protagonista, cuyo esposo trae a vivir a la casa a una criatura o entidad que no se puede nombrar, un horror que la esposa debe tolerar en silencio. La obra brilla por su sutil crítica a la opresión doméstica y la pasividad ante lo abyecto. Un dato sobresaliente de Dávila es que ella fue una de las pocas mujeres en su generación que se dedicó exclusivamente al género fantástico y de terror, dándole una voz única dentro de los cuentos de terror latinoamericano. Disfruta su lectura aquí.

La gallina degollada (1909) — Horacio Quiroga (Uruguay/Argentina)

Considerado uno de los pilares de todos los cuentos de terror latinoamericano, esta obra de Horacio Quiroga (el gran maestro del género en el Río de la Plata) construye una trama de suspenso que es a la vez una tragedia familiar. El cuento narra la vida de un matrimonio cuya descendencia sufre de una enfermedad que la lleva a la demencia. Quiroga utiliza un tono frío e implacable que subraya la crueldad del destino, culminando en un desenlace de una violencia seca e inolvidable que lo ha inmortalizado entre los cuentos de terror latinoamericano. Para leerlo gratis, da click aquí.

El almohadón de plumas (1907) — Horacio Quiroga (Uruguay/Argentina)

Otro relato esencial de Quiroga, este cuento es un ejemplo perfecto del gótico rioplatense dentro de los cuentos de terror latinoamericano. La historia sigue a Alicia, una joven que cae enferma de manera inexplicable poco después de casarse con el distante Jordán. El terror se incuba en el espacio más íntimo del hogar: la cama matrimonial. La causa de su enfermedad se revela al final con un descubrimiento de horror biológico que convierte el lecho en un nido macabro, haciendo de este uno de los cuentos de terror latinoamericano más citados y analizados por su efectividad. Si quieres leerlo completo y gratis, da click aquí.

Diez cuentos latinoamericanos de terror que no te dejarán dormir
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El ómnibus (1951) — Julio Cortázar (Argentina)

La contribución de Julio Cortázar a los cuentos de terror latinoamericano se manifiesta aquí a través de la paranoia existencial. Una joven sube a un autobús donde todos los demás pasajeros, que curiosamente llevan flores, la miran con hostilidad y un silencio inquietante. El miedo no es por una criatura, sino por la sensación de ser excluida y perseguida por un entorno que se ha vuelto unánimemente ominoso y conspirativo, una obra que demuestra la maestría de Cortázar en la creación de atmósferas opresivas dentro de los cuentos de terror latinoamericano. Dale click aquí para leerlo.

Casa tomada (1946) — Julio Cortázar (Argentina)

Posiblemente el cuento más famoso de Cortázar, esta obra es fundamental para entender el género de los cuentos de terror latinoamericano por su aproximación metafísica. Dos hermanos viven aislados en una gran casa, la cual es invadida progresivamente por una presencia indefinida que nunca se nombra. La genialidad del cuento radica en la pasividad con la que los hermanos ceden espacio, simbolizando el miedo a lo desconocido y la pérdida de lo propio. La obra ha sido objeto de innumerables interpretaciones sociales y políticas. Puedes leerlo aquí.

Matar a un perro (2018) — Samanta Schweblin (Argentina)

Representando la nueva ola de cuentos de terror latinoamericano, Samanta Schweblin logra crear una atmósfera de tensión constante y amenaza indefinida. En esta obra, el horror no es sobrenatural, sino ambiental: la desconfianza, la violencia latente y el temor a una amenaza que se ha infiltrado en la vida cotidiana. La prosa minimalista y tensa de Schweblin es un sello de su estilo, convirtiendo la incertidumbre en una fuente de terror psicológico que resuena con las ansiedades de la sociedad actual, haciendo de este un esencial en los cuentos de terror latinoamericano. Disfrútalo aquí.

Gótico tropical y lo cálido de la oscuridad
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Caninos (2017) — Mónica Ojeda (Ecuador)

Este cuento es un ejemplo clave de cómo los cuentos de terror latinoamericano han evolucionado para incluir el gótico andino y la crítica a la violencia de género. Mónica Ojeda utiliza un lenguaje visceral y poético para abordar relaciones destructivas. El horror aquí es corporal, centrado en el dolor y la obsesión, con un toque de lo abyecto. La obra forma parte de su colección Pelea de gallos, que le dio fama internacional, consolidándola como una de las voces más fuertes e innovadoras dentro de los cuentos de terror latinoamericano contemporáneo. Puedes leerlo aquí.

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Stephanye Reyes

Periodista (Carlos Septién García). Exploradora de la cultura alternativa y la disidencia. Lee mi columna para un análisis de derechos humanos e impacto social en la urbe. Hago fotografía de todo lo que mis miopes ojos ven: Ig: @bruja_amapola