Para comprender la génesis de Frankenstein, es fundamental examinar los inicios de la vida de Mary Shelley. La autora, nacida como Mary Godwin, conoció la tragedia desde el día de su nacimiento en 1797: su madre, la filósofa Mary Wollstonecraft, murió días después del parto.
Esta ausencia materna dejó un vacío que se profundizó cuando su padre, William Godwin, se casó con Mary Jane Clairmont. Mary Godwin detestaba a su madrastra y sentía que esta mujer le había arrebatado el afecto de su padre.
Este primer trauma de la vida de Mary Shelley, caracterizado por el rechazo y la búsqueda de una figura ausente, es la semilla de una novela sobre la creación sin madre y el abandono de una criatura destinada a la soledad.
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La vida de Mary Shelley tomó un rumbo escandaloso a los 16 años cuando fugó con el poeta casado Percy Bysshe Shelley. La pareja buscaba escapar de las miradas de la sociedad victoriana, incluso llegando a citarse en el cementerio donde yacía la madre de Mary.
En este periodo de amor libre, la desgracia atacó pronto: Mary dio a luz a su primera hija, quien murió prematuramente. Este primer duelo fue un golpe devastador que se sumó a las pérdidas de su infancia.
Este capítulo de la vida de Mary Shelley está inseparablemente ligado al dolor y a la muerte, temas que la acompañarían y que inevitablemente se filtrarían en su narrativa de terror y responsabilidad creativa.
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La visión que definió la obra de la vida de Mary Shelley
El germen de Frankenstein surgió en mayo de 1816, durante un oscuro verano en Suiza. En Villa Diodati, invitada por Lord Byron, la lluvia persistente obligó al círculo de poetas a pasar las noches leyendo historias de fantasmas.
Fue una conversación sobre la posibilidad de generar vida artificial lo que provocó una pesadilla, descrita por Mary como un «siniestro terror»: «Vi al pálido estudiante de las artes prohibidas arrodillado junto a la cosa que había creado…«
Esta visión, cargada con la angustia de las pérdidas experimentadas en la vida de Mary Shelley, se convirtió en el punto de partida de Frankenstein o el moderno Prometeo. El libro es una catarsis sobre el Dr. Victor Frankenstein, un creador que, por rechazo, condena a su creación y a sus seres queridos.
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La tragedia continua y el legado inmortal
El sufrimiento marcó el resto de la vida de Mary Shelley. Tras la publicación anónima de Frankenstein en 1818, sufrió la muerte de otros dos hijos y, finalmente, la pérdida de su esposo Percy Shelley en un accidente en 1822.
El goteo incesante de la desgracia la sumió en una profunda depresión, de la cual solo la sostuvo su único hijo sobreviviente, Percy Florence Shelley. La vida de Mary Shelley se convirtió en el legado de su obra: una historia de un creador que, al negarse a asumir su responsabilidad, causa dolor y soledad, un tema que resuena poderosamente con la experiencia vital de la escritora hasta el final de sus días en 1851.
Stephanye Reyes
Periodista (Carlos Septién García). Exploradora de la cultura alternativa y la disidencia. Lee mi columna para un análisis de derechos humanos e impacto social en la urbe. Hago fotografía de todo lo que mis miopes ojos ven: Ig: @bruja_amapola





