La obra de Gustav Klimt ha sido afamada y reconocida desde hace ya algunos años. La recuperación de sus pinturas han sido una gran hazaña que ha desencadena grandes subastas como la del lienzo que estuvo perdido: «Retrato de la señorita Lieser» de 1917. En enero de este año, se develó su existencia física, ya que los expertos solo sabían de ella por una fotografía en blanco y negro del archivo de una exposición en la Neue Galerie de Viena en 1925, en la que al final no se exhibió.
El lienzo Retrato de la señorita Lieser ha sido vendido por 30 millones de euros en la casa de subastas vienesa im Kinsky, superando por mucho la pieza más valorada en una subasta austriaca hasta la fecha, El eterno dilema de la humanidad: la elección entre la virtud y el vicio, del pintor barroco Frans Francken el Joven, despachada en 2010 por siete millones. Esta venta también superó Dama con abanico, el último retrato que pintó Klimt antes de su muerte en 1918, vendido en junio por 99,2 millones de euros en la casa Sotheby’s de Londres convirtiéndose en la pieza más cara.
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Respecto a los datos del nuevo propietario de Retrato de la señorita Lieser se conoce que es originario de Hong Kong y su representación en la sala corrió a cargo de la firma Patti Wong & Associates que presta sus servicios a coleccionistas de arte. Esta compra millonaria se vio envuelta en el valor artístico del cuadro, el misterio y el drama ya que se desconoce qué ocurrió con la obra entre esa fecha y la década de 1960.
Sin embargo, se ha revelado la existencia de un heredero potencial del sucesor legal de Adolf Lieser y ha reclamado la propiedad del retrato de Gustav Klimt vendido por 32 millones de dólares. El individuo, un arquitecto con sede en Munich, no es pariente de la familia Leiser, pero presentó una demanda después de enterarse la semana pasada de que la pintura desaparecida durante un siglo había resurgido en la casa de subastas im Kinksy.
No existen pruebas de que fuera incautada o confiscada por los nazis tras la anexión de Austria al Tercer Reich, como se especulaba pero su posible propietaria, Henriette Lilly Lieser, fue deportada y asesinada en el gueto de Riga en 1942 (otras fuentes registran que fue gaseada en Auschwitz en 1943). Lilly Lieser era una intelectual judía sensible que amadrinó a los compositores Arnold Schönberg y Alban Berg en su revolución dodecafónica. Sin embargo, buena parte de las propiedades de la familia fueron rápidamente rapiñadas por los nazis.
Hace año y medio el propietario actual, miembro de la tercera generación de la familia que hereda el cuadro desde los sesenta, se presentó con la obra en la primera planta del Palais Kinsky, donde tiene su sede la casa de subastas en Viena. La facturación de im Kinsky es modesta en comparación con las grandes firmas de Londres y Nueva York, pero su elección era algo más que una anécdota geográfica.
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La puja de Retrato de la señorita Lieser se anunció en enero y uno de los primero en conocer la noticia sobre su aparición fue el comisario del museo Belvedere y una autoridad en Klimt, Markus Fellinger. “Solo lo conocía por la fotografía en blanco y negro de antiguos catálogos razonados, fue una enorme sorpresa”, dice. “La impresión de ver el original fue mayor de lo que esperaba. La pintura está mucho más acabada de lo que pensaba, todo el lienzo está cubierto de colores brillantes y el vestido con su patrón de flores es hermoso en su simplicidad.”
Klimt no terminó el retrato, este se quedó sin firmar. Tras sufrir un derrame cerebral, murió a la edad de 55 años y después de ello fue entregado a la familia Lieser. La subasta partía de una estimación inicial que oscilaba entre los 30 millones y los 50 millones de euros. Visto el precio final, está claro que las expectativas superaron al resultado final. Más aún comparando el lienzo con la pintura más cara de Klimt que superó los 180 millones de dólares en 2013, Serpientes de agua II, robada por los nazis a la empresaria judía Jenny Steiner, también mecenas del movimiento artístico.
Stephanye Reyes
Periodista en deformación. Humana por imposición, bruja por elección. Ojos defectuosos pero talentosos. Hago fotografía de todo lo que mis miopes ojos ven: Ig:bruja_amapola
