La Cámara de Diputados de México ha dado luz verde a una significativa reforma a la Ley Federal de Derechos (LFD), un cambio legislativo que impactará directamente el bolsillo de millones de visitantes nacionales y extranjeros. Esta acción, enmarcada en la discusión del Paquete Económico 2026, prevé un notable aumento en las entradas de museo y de zonas arqueológicas gestionadas por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).
El debate en San Lázaro fue acalorado, pues mientras los promotores argumentan que la medida es necesaria para fortalecer la infraestructura cultural, los críticos señalan que es una estrategia meramente recaudatoria que podría desalentar la visita.
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El impacto en los precios: un aumento de más del 100%
Los datos duros de la reforma anticipan un incremento sustancial en el acceso a los bienes culturales de la nación. La LFD clasifica los recintos en diversas categorías, y la que experimentará el cambio más drástico es la Categoría I, que incluye sitios icónicos de altísima demanda turística como el Museo Nacional de Antropología, la zona arqueológica de Teotihuacán y Chichén Itzá.
En esta categoría, la cuota general para visitantes extranjeros se dispararía de aproximadamente $95.58 pesos a $209.09 pesos, lo que representa un aumento en las entradas de museo de más del 100% en algunos casos. Además de la Categoría I, se contempla la creación de una nueva Categoría IV con una tarifa de $104.50 pesos, especialmente diseñada para zonas vinculadas a proyectos de infraestructura como el Tren Maya.
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La recaudación y el beneficio para el INAH
El objetivo principal que impulsa este aumento en las entradas de museo es, según el dictamen aprobado, garantizar una explotación óptima de los bienes del dominio público, con una expectativa de robustecer las finanzas federales en más de 157 mil millones de pesos. Los defensores de la reforma insisten en que los recursos adicionales generados por el aumento en las entradas de museo se destinarán directamente al INAH.
Este instituto requiere una inyección financiera urgente para labores de mantenimiento, investigación y conservación de las miles de zonas arqueológicas y monumentos históricos bajo su custodia, muchos de los cuales enfrentan problemas de deterioro y falta de personal. Por ello, este aumento en las entradas de museo es presentado como una inversión en el patrimonio nacional.
Es importante destacar que el aumento en las entradas de museo contempla una diferenciación de precios. Si bien los visitantes nacionales y extranjeros residentes en México también verán un alza en algunas tarifas, se les seguirá aplicando un descuento considerable que puede llegar hasta el 50% de la cuota general. Más relevante aún, la reforma mantiene la exención de pago los días domingos para estos grupos, un beneficio que busca garantizar el acceso de la población mexicana a su propia historia y cultura.
Sin embargo, antes de que este aumento en las entradas de museo se convierta en ley, el dictamen debe ser discutido y, en su caso, ratificado o modificado por el Senado de la República. Se anticipa que esta cámara será el escenario de un nuevo y tenso debate sobre el equilibrio entre la recaudación económica y la promoción cultural accesible para todos los ciudadanos.
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Stephanye Reyes
Periodista (Carlos Septién García). Exploradora de la cultura alternativa y la disidencia. Lee mi columna para un análisis de derechos humanos e impacto social en la urbe. Hago fotografía de todo lo que mis miopes ojos ven: Ig: @bruja_amapola





