Graciela Iturbide inaugura su nueva exposición gratuita en CDMX
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Graciela Iturbide inaugura su nueva exposición gratuita en CDMX

Tras haber sido galardonada con el prestigioso Premio Princesa de Asturias de las Artes, el Banco Nacional de México, a través de Fomento Cultural Banamex, presenta la nueva exposición de Graciela Iturbide, titulada «Fijar el tiempo«. La muestra tiene como motivo celebrar la trayectoria de la fotógrafa Graciela Iturbide. Y puedes visitarla del 26 de noviembre de 2025 al 8 de febrero de 2026 en el Palacio de Cultura Banamex – Palacio de Iturbide.

El montaje refuerza el papel del Palacio de Iturbide como un epicentro de la fotografía contemporánea y confirma la vigencia de la mirada de Iturbide en el imaginario visual global. No solo llega en el punto más alto de su reconocimiento internacional: llega con una reflexión profundamente personal sobre la fotografía, el tiempo y la identidad.

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exposición de Graciela Iturbide

La tesis curatorial y la voz de la autora en “Fijar el tiempo”

La exposición reúne 69 fotografías seleccionadas por la propia artista, un gesto autoral que vuelve la muestra un autorretrato conceptual. El título, Fijar el tiempo, proviene de la frase que Iturbide pronunció en su discurso del Princesa de Asturias:
“La fotografía es el arte que principalmente lidia con el tiempo, que lo desafía, lo fija y a veces también lo mata.”

Esta dimensión poética guía la curaduría realizada por Juan Rafael Coronel Rivera, quien acompaña el recorrido con una entrevista en video donde Iturbide narra el trasfondo emocional y simbólico de varias imágenes. Allí reafirma su impulso creador:
“Mi pasión es fotografiar. Es mi ritual, es mi vida… lo único que quiero es fotografiar.”

Para ella, el acto fotográfico no se agota en el instante del disparo. “Hay dos momentos decisivos: cuando aprieto el botón y cuando revelo. Ahí me doy cuenta qué sirve y qué no sirve”, explica, recuperando la idea cartier-bressoniana para dotarla de un segundo plano de intuición y autocrítica.

Sobre su proceso, añade: “Para mí lo más importante a la hora de tomar una fotografía es la intuición, pero sobre todo la sorpresa. Yo voy caminando… lo que me sorprende es lo que tomo.”

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exposición de Graciela Iturbide

Un diálogo inédito entre Graciela Iturbide y Francisco Toledo

El recorrido inicia con una pieza insólita: el retrato de boda de Graciela Iturbide, la única fotografía a color de toda la muestra. Su singularidad no se debe únicamente a su carácter personal, sino a la intervención directa del maestro Francisco Toledo, quien modificó la imagen en vida. Este encuentro visual —uno de los pocos diálogos explícitos entre ambos artistas— establece desde el primer momento el tono conceptual de la exposición: la memoria como territorio mutable.

A partir de ahí, Fijar el tiempo se expande hacia algunas de las series más emblemáticas de Iturbide:

  • Juchitán, donde articuló un lenguaje visual marcado por la vida comunitaria, los rituales y las luchas políticas.
  • Las fotografías realizadas para el Instituto Nacional Indigenista, entre ellas la célebre Mujer Ángel.
  • La serie del baño de Frida Kahlo, punto de inflexión en la fotografía mexicana contemporánea.
  • Sus retratos y autorretratos, donde Iturbide ha construido una identidad visual lejos de las etiquetas que históricamente se le han impuesto.

De hecho, durante la rueda de prensa fue enfática respecto a esas clasificaciones externas: “Muchas veces a mí me dicen que soy surrealista. Yo no soy surrealista… Son etiquetas que de repente nos ponen a los latinoamericanos, sobre todo a los mexicanos.”

La muestra también incluye imágenes tomadas en Estados Unidos, India, Japón, Madagascar y Suiza, además de obras recientes de la última década, ampliando así la lectura global de su archivo.

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exposición de Graciela Iturbide

La fotografía, la tecnología y la inteligencia artificial según Iturbide

En un momento en que la fotografía atraviesa una revolución técnica —donde conviven lo analógico, lo digital y lo algorítmico— Graciela Iturbide se muestra abierta, curiosa y sin purismos. Lejos de la polémica que suele acompañar estos temas, la fotógrafa habló con la naturalidad de quien ha visto transformarse el medio durante más de cinco décadas: “Creo que todo es válido: desde una camarita de cartón hasta una cámara digital o el teléfono… todo depende del resultado, depende del ojo.”

Para Iturbide, la tecnología nunca ha sido una amenaza, sino una extensión de la mirada. Recordó que hoy “todo mundo toma fotos”, y subrayó la dimensión social del gesto fotográfico como un archivo íntimo que sostiene la memoria colectiva, ya sea en los álbumes familiares, en los viajes o en los rituales cotidianos. “La fotografía es fantástica porque nos ayuda a tener recuerdos… es testimonio antropológico, poético, familiar, todo depende de quien la hace,” explicó.

En este contexto, la conversación inevitablemente giró hacia la inteligencia artificial, un tema que divide a la comunidad visual. Pero Iturbide no cae en absolutismos. Se dijo respetuosa de las nuevas herramientas, siempre que estén bien empleadas: “Respeto todo lo que la gente hace mientras haya un buen resultado… la inteligencia artificial es un gran avance de la ciencia.”
Eso sí, advirtió sobre los riesgos de confiar sin criterio en su aparente facilidad: “Es un adelanto, pero hay que tener mucho cuidado porque nos puede confundir o engañar.”

Con esa mezcla de apertura y rigor, Iturbide dejó claro que, más allá de las cámaras, los sensores o los algoritmos, la esencia de la fotografía permanece en la intuición y el asombro: en ese instante en que algo sorprende a la mirada y merece ser fijado en el tiempo.

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exposición de Graciela Iturbide

El archivo, el futuro y la responsabilidad de preservar la memoria

Hacia el final de la conversación, surgió uno de los temas que más inquieta hoy a Graciela Iturbide: el destino de su archivo, un acervo que no solo documenta más de medio siglo de obra, sino que constituye un mapa íntimo de la vida cultural de México y del mundo. Con la sinceridad que la caracteriza, la fotógrafa admitió la incertidumbre que enfrenta: “Me encantaría dejarlo en México, pero desafortunadamente no hay lugares. Mientras tanto mi archivo está en la casa y vamos a ver en qué lugar lo puedo colocar.”

Lo dice sin dramatismo, pero con la conciencia clara de que preservar una memoria visual de esta magnitud implica una responsabilidad histórica. Ella misma revisa constantemente miles de contactos, negativos y hojas de impresión, un proceso que considera parte esencial de su oficio. De hecho, esa revisión reciente detonó su deseo de seguir creando nuevas imágenes: “Tengo que trabajar mucho… revisar mi archivo, hacer nuevas fotos, seguir viajando. La cámara es el pretexto para conocer el mundo y su cultura.”

Esa necesidad de volver a sus archivos no solo responde a la preparación de futuras exposiciones. También es un ejercicio de autocrítica y descubrimiento. Iturbide reconoce que, a veces, una fotografía que creyó “buena” termina por no serlo, y otras que pasaron inadvertidas reaparecen con fuerza años después. Esa dinámica —guardar, revisar, descartar, rescatar— es para ella una forma de mantenerse viva dentro de su propia obra.

Mientras define su legado institucional, la fotógrafa continúa viajando, observando y dejándose sorprender: un gesto que reafirma su posición como una de las miradas más sensibles y lúcidas de la fotografía latinoamericana.

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Un legado accesible para todos

Más allá del valor estético de las imágenes, Fijar el tiempo se plantea como una exposición comprometida con la accesibilidad y el derecho a la cultura. El Palacio de Iturbide ha trabajado para que la experiencia sea verdaderamente incluyente: la entrada es totalmente gratuita, hay visitas guiadas sin costo, las salas cuentan con cédulas en braille y se ofrece un video en Lengua de Señas Mexicana, de modo que públicos diversos puedan acercarse al universo visual de Iturbide sin barreras.

Esta decisión no es menor. En un país donde el acceso a las artes puede ser desigual, la muestra se vuelve un gesto político y social: un reconocimiento a la importancia de que la fotografía —esa que “fija el tiempo” y da testimonio de un país complejo, emocionante y profundamente humano— esté al alcance de todas y todos.

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Stephanye Reyes

Periodista (Carlos Septién García). Exploradora de la cultura alternativa y la disidencia. Lee mi columna para un análisis de derechos humanos e impacto social en la urbe. Hago fotografía de todo lo que mis miopes ojos ven: Ig: @bruja_amapola