Mujeres arquitectas que la historia masculina quiso silenciar
28
jul2025
Por décadas, el brillante talento de numerosas mujeres arquitectas que sistemáticamente minimizado o, peor aún, silenciado por completo. A pesar de sus contribuciones revolucionarias, sus nombres raramente figuraban en los libros de historia o en las ceremonias de premios que glorificaban a sus colegas masculinos. En esta primera entrega, nos adentramos en las vidas y obras de ocho pioneras olvidadas que, con su visión y determinación, transformaron la arquitectura y el urbanismo mundial, luchando por el reconocimiento justo que merecen. Es hora de darles el lugar que les corresponde.
Denise Scott Brown
Denise Scott Brown es una figura central en la arquitectura posmoderna, a menudo eclipsada por su esposo, Robert Venturi, con quien codirigió la influyente firma Venturi, Scott Brown and Associates. Su trabajo teórico y su investigación sobre el paisaje urbano estadounidense, plasmado en obras como «Aprendiendo de Las Vegas«, fueron fundamentales para redefinir cómo entendemos las ciudades y su arquitectura. Scott Brown co-escribió este libro seminal, y su enfoque en el estudio de lo «feo y ordinario» revolucionó la crítica arquitectónica.
A pesar de su indiscutible coautoría y co-liderazgo en proyectos premiados como la Sainsbury Wing de la National Gallery, la contribución de Scott Brown fue sistemáticamente ignorada en numerosos reconocimientos. Por ejemplo, en 1991, Venturi recibió el prestigioso Premio Pritzker, el «Nobel de la arquitectura», en solitario, un hecho que generó una fuerte controversia y una petición para que Scott Brown fuera reconocida retroactivamente, evidenciando el sesgo de género en la industria.
Charlotte Perriand es una de las figuras más influyentes del diseño moderno del siglo XX. Conocida por su trabajo innovador con materiales y su visión funcionalista, Perriand colaboró estrechamente con pesos pesados como Le Corbusier y Pierre Jeanneret. A ella se le atribuyen diseños icónicos de mobiliario, como la chaise longueLC4 y la butaca Grand Confort, piezas que definieron el estilo de la época y que, durante mucho tiempo, fueron atribuidas casi exclusivamente a Le Corbusier.
Su audacia para experimentar con el acero tubular y su enfoque en la vivienda moderna y asequible la posicionaron como una visionaria. Perriand creía firmemente en el poder del diseño para mejorar la vida de las personas, una filosofía que guió su extensa carrera. Es un ejemplo claro de cómo el papel de la mujer en colaboraciones fue a menudo subestimado, relegando su genio a un segundo plano.
Eileen Gray fue una arquitecta, diseñadora de muebles e interiorista irlandesa cuya obra es un hito del Modernismo y el Art Déco. Su casa, E-1027 en Roquebrune-Cap-Martin, Francia, es una obra maestra de la arquitectura moderna, que ella misma diseñó y construyó en la década de 1920. Gray no solo diseñó la estructura, sino también cada mueble y detalle interior, creando un ambiente de cohesión total.
A pesar de la brillantez de su trabajo, E-1027 sufrió la intromisión de Le Corbusier, quien, sin permiso, pintó murales en sus paredes, un acto que muchos interpretan como una apropiación y desvalorización de la obra de Gray. Este incidente simboliza la lucha de muchas mujeres por proteger su autoría y reconocimiento en un campo dominado por hombres, donde su genialidad a menudo era eclipsada o usurpada.
Marion Mahony Griffin fue una de las primeras arquitectas con licencia en Illinois y una figura clave en el desarrollo de la «Prairie School» de arquitectura. Su influencia en la obra de Frank Lloyd Wright, con quien trabajó durante años, es innegable. Se le atribuyen muchas de las distintivas representaciones a tinta y acuarela de los edificios de Wright, que ayudaron a popularizar su estilo.
Más tarde, colaboró estrechamente con su esposo, Walter Burley Griffin, en el diseño de Canberra, la capital de Australia. La belleza y el detalle de sus dibujos no solo realzaron los proyectos, sino que también demostraron su excepcional talento como diseñadora. La historia de Mahony Griffin es un testimonio de cómo el trabajo de muchas mujeres fue esencial para el éxito de sus colegas y parejas, pero rara vez se les dio el crédito completo.
Aino Aalto fue una arquitecta y diseñadora finlandesa, conocida por su trabajo junto a su esposo Alvar Aalto y su contribución fundamental a la modernización del diseño nórdico. Su influencia en la firma Artek, cofundada por ella, y en el desarrollo de mobiliario, vidrio y textiles fue inmensa. Aino no solo diseñó piezas icónicas, como la cristalería Bölgeblick, premiada en la Trienal de Milán en 1936, sino que también jugó un papel crucial en la dirección creativa de la empresa.
Su trabajo se caracterizó por la funcionalidad, la sencillez y el uso de materiales naturales, principios que definen el diseño finlandés. La trayectoria de Aino Aalto ilustra cómo, a menudo, la visibilidad de las mujeres en sociedades profesionales se veía diluida al trabajar junto a figuras masculinas dominantes, a pesar de sus contribuciones esenciales y su propio genio creativo.
Julia Morgan fue una arquitecta estadounidense pionera, reconocida como la primera mujer en obtener la licencia de arquitecta en California y la primera en graduarse en arquitectura en la École des Beaux-Arts de París. Su obra más famosa es el icónico Hearst Castle en San Simeón, California, un monumental proyecto que supervisó durante casi tres décadas. Morgan diseñó y dirigió la construcción de más de 700 edificios a lo largo de su carrera.
A pesar de su prolífica producción y la complejidad de sus proyectos, Morgan mantuvo un perfil bajo y evitó la publicidad, lo que contribuyó a su relativa oscuridad en los anales de la arquitectura. Su legado es un recordatorio de cómo la humildad y el enfoque en la obra, aunque valiosos, pueden jugar en contra del reconocimiento histórico, especialmente para las mujeres en campos tradicionalmente masculinos.
Lina Bo Bardi fue una arquitecta, diseñadora y teórica ítalo-brasileña cuya obra se distingue por su profunda conexión con la cultura y el contexto brasileño. Su estilo, que fusionaba el modernismo europeo con la artesanía local, se manifestó en proyectos revolucionarios como el Museo de Arte de São Paulo (MASP), conocido por su audaz concepto de «caballetes» que elevan el edificio y liberan el espacio público.
Bo Bardi fue una defensora de la arquitectura participativa y socialmente consciente, integrando a las comunidades locales en sus procesos de diseño. A pesar de la singularidad y el impacto de su trabajo, a menudo se vio infravalorada en comparación con sus contemporáneos masculinos en la escena internacional. Su compromiso con la autenticidad y la expresión cultural la convierte en un faro para las generaciones futuras de arquitectas.
Matilde Ucelay Maortúa es una figura histórica en la arquitectura española, siendo la primera mujer en obtener el título de arquitecta en España en 1936. Su logro fue un hito en un país donde la presencia femenina en profesiones técnicas era casi nula. A pesar de enfrentar un contexto político y social adverso, incluyendo la Guerra Civil Española y la represión franquista, Ucelay logró desarrollar una prolífica carrera, especializada en el diseño de viviendas privadas.
Su perseverancia y talento abrieron camino para muchas otras mujeres. La historia de Matilde Ucelay es un recordatorio de las barreras superadas y la resiliencia necesaria para triunfar en un campo dominado por hombres, dejando un legado que inspira a las nuevas generaciones a luchar por la igualdad y el reconocimiento.
Periodista (Carlos Septién García). Exploradora de la cultura alternativa y la disidencia. Lee mi columna para un análisis de derechos humanos e impacto social en la urbe.
Hago fotografía de todo lo que mis miopes ojos ven: Ig: @bruja_amapola
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