En un giro inesperado que sacude los cimientos de la industria cinematográfica independiente, una contundente carta de los cineastas a Mubi ha puesto a la plataforma de streaming en el centro de un acalorado debate. Decenas de cineastas, críticos y académicos de renombre mundial han unido sus voces para exigir que Mubi corte de inmediato sus lazos financieros con Sequoia Capital, una de las firmas de capital de riesgo más influyentes del planeta. Esta petición, que resuena con fuerza en los círculos artísticos, plantea preguntas cruciales sobre la ética, la inversión y el futuro del cine independiente.
La carta de los cineastas a Mubi, que ha circulado ampliamente en redes sociales y medios especializados, no es un mero capricho. Sus firmantes argumentan que Sequoia Capital, a través de sus inversiones en empresas tecnológicas y de defensa, está indirectamente implicada en conflictos bélicos y violaciones de derechos humanos. Por ejemplo, se ha señalado públicamente la inversión de Sequoia en empresas como Palantir, una compañía de análisis de datos que ha sido criticada por su trabajo con agencias de seguridad y gobiernos involucrados en controversias.
Entre los nombres que figuran en esta histórica misiva se encuentran figuras de la talla de Apichatpong Weerasethakul, director tailandés ganador de la Palma de Oro en Cannes, y Laura Poitras, documentalista laureada con un Oscar. También se suman cineastas como Kelly Reichardt, Hito Steyerl y Mohammad Rasoulof, cuya trayectoria y compromiso ético son ampliamente reconocidos. La presencia de estos influyentes artistas confiere un peso considerable a la petición, transformándola en un llamado a la acción que Mubi no puede ignorar fácilmente.
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Este movimiento no solo busca una desvinculación financiera, sino que también pretende enviar un mensaje claro a toda la industria: la ética y los valores no pueden quedar relegados frente a la búsqueda de ganancias. Los firmantes entienden que Mubi, como plataforma dedicada al cine de autor y la curaduría artística, tiene una responsabilidad especial con su comunidad y con los principios que dice defender. Un dato importante a considerar es que Mubi ha construido su reputación precisamente sobre la promesa de ofrecer una alternativa cultural y reflexiva al mainstream.
La presión sobre Mubi es innegable. Si bien la plataforma aún no ha emitido una respuesta oficial contundente, la comunidad cinematográfica y el público en general esperan una postura clara. Este episodio subraya la creciente conciencia sobre el impacto social y político de las inversiones, incluso en sectores aparentemente ajenos como el del arte. Es un recordatorio de que cada dólar invertido tiene implicaciones y que los artistas, con su voz colectiva, pueden ser un motor de cambio.
En última instancia, la carta de los cineastas a Mubi es más que una simple petición; es un debate abierto sobre la integridad en el arte y el papel de las empresas en un mundo cada vez más interconectado. Será interesante observar cómo Mubi maneja esta situación y qué repercusiones tendrá en su modelo de negocio y su relación con la comunidad creativa. El desenlace de esta historia podría sentar un precedente importante para el futuro de las plataformas de streaming y el compromiso ético en la industria del cine independiente.
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Stephanye Reyes
Periodista (Carlos Septién García). Exploradora de la cultura alternativa y la disidencia. Lee mi columna para un análisis de derechos humanos e impacto social en la urbe. Hago fotografía de todo lo que mis miopes ojos ven: Ig: @bruja_amapola
