Tan solo porque es justo y necesario seguir visibilizando a todas aquellas voces apagadas en su momento, hoy nuestro contexto nos permite colaborar y continuar con la inclusión de las mujeres en la historia del arte.
Si aún te preguntas por qué, date una pequeña empapada de su visión y cómo plasmaron su pensamiento y alma en sus obras, que también son parte de la memoria histórica mexicana y colectiva de su época.
Empezamos con la ya conocida, pero necesaria, Leonora Carrington. ¿Por qué? Simple, su personalidad rebelde la llevó a rechazar imposiciones sociales, desde su padre hasta las de las instituciones, lo que le permitió crear arte surrealista. Aunque de origen inglés, tuvo corazón de mexicana y acá la prueba de su propia boca:
«¿Que quién es Leonora Carrington? Una persona como cualquier otra que ha descubierto en la vida simplemente lo que ha podido. O quizá también alguien que ha sobrevivido hasta ahora con mucho cabrón trabajo, como se dice en México. Por eso tampoco me gusta que me llamen musa».
Dentro de las surrealistas encontramos a Alice Rahon, también poeta y de origen francés. En México se convirtió en una precursora del “expresionismo abstracto”. Bordeaba frecuentemente: “paisajes, fiestas populares, naturaleza, mitología, leyendas y homenajes a artistas que admiraba, como Frida Kahlo, Giorgio de Chirico, Pablo Neruda, Diego Rivera y Joan Miró”.
Rahon sufrió al menos tres caídas a lo largo de su vida que le dificultaron sus capacidades físicas, especialmente la zona afectada era su cadera. Al llegar a México inmediatamente quedó anclada y dejó la poesía:
«Yo era poeta, pero al llegar aquí, la luz, los trajes de las indias, las flores y el cielo me revelaron mi vocación».
No podemos pasar por esta lista sin mencionar a Remedios Varo. Como sabemos, nació en España, “pero su patria siempre fue México”. Fue feminista y aunque existen numerosas biografías que condensan su obra, conocemos poco de su propia voz. Así acá te dejamos un par de frases que contienen algo de su pensamiento.
«Puedes ir de acá para allá, pero mientras tú no estés bien, nada de lo que te rodea lo estará».
«Como usted ya sabe, en este país existe una gran actividad en el terreno de la brujería, pero todas estas prácticas se limitan casi siempre al ejercicio de la medicina o a la fabricación de filtros del amor, todo ello de una manera más bien mecánica y algo distraída por parte del curandero, y únicamente porque así es la costumbre. El factor principal es siempre la fe del paciente, que naturalmente produce en muchos casos buenos resultados».
«¿Fumáis? Yo he emprendido una lucha titánica contra la nicotina y el humo en general. He llegado a la conquista parcial del asunto y en mis días de bondad sólo fumo seis cigarrillos. En los días de nostalgia, de depresión y cuando todo es un desmadre, ¡bueno!, entonces, ¡no sé!»
Cordelia Urueta fue conocida por su arte relacionado a lo bélico ya que retrataba la barbarie mexicana, además del uso del color y el “arte abstracto” sin abandonar la figura humana. Nació en una familia intelectual y artística. También se oponia a ciertas tradiciones dentro del gremio, así rechazó el Premio de Nacional de Artes.
“Mi obra va trascender porque es buena, o no va a trascender” (…) “no lo firmo porque el año pasado se lo dieron a no sé quien y quién sabe a quién se lo van a dar después”.
Lilia Carrillo rompió con los estereotipos formales del arte figurativo. De modo que su obra fue catalogada como arte abstracto, la diferencia está, en que en vez de partir del dibujo, lo hace desde el lienzo en blanco. De ahí bosquejaba los trazos según sus sensaciones y angustias existenciales. Un poco de como lo veía:
»Quiero tener un apoyo en algo relacionado con la forma…» «Pinto una forma para orientarme. No puedo estar pintando en la nada. De repente surge algo y lo dejo ahí, lo conservo».
La jalisciense María Izquierdo, será la primera artista en exponer sus obras fuera de México, en 1930, en Nueva York. Lo cual era bastante complicada en una época donde las mujeres estaban solamente confinadas a ser amas de casa. De hecho es forzada a casarse a los 15 años con un militar y procrea tres hijos.
Ella utilizó colores intensos para autorretratos, paisajes y naturaleza. Precursora del muralismo mexicano pero tuvo que casarse nuevamente, esta vez con Rufino Tamayo por la opresión por parte de otros muralistas mexicanos, dijo:
“Es un delito ser mujer y tener talento”
De Hidalgo del Parral, Chihuahua, Aurora Reyes, considerada la primera muralista de México. Durante su vida, fue una fuerte promotora de los derechos humanos de la mujer. No solo fue pintora, sino poetisa, también fue militante del Partido Comunista. Sus poemas representaron su carácter feminista:
“Soy completamente primitiva y salvaje. Amo por encima de todo la libertad”.
Celia Calderón es conocida mayormente por su obra gráfica, también destacada pintora y acuarelista, cuya técnica le ganó un lugar como maestra en la Academia. Estudió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas. Ella narraba la vida indígena y el mestizaje que nos otorgó una identidad cultural.
Fue miembro de la Sociedad Mexicana de Grabadores, del Taller de Gráfica Popular y del Salón de la Plástica Mexicana, fue la primera mujer en impartir clases en la Academia de San Carlos. Gracias a una beca, estudió en Londres.
Olga Costa, nació en Leipzig, Alemania. Hija del músico ruso Jacobo Kostakovsky, se naturalizó mexicana. Pintora, promotora cultural y coleccionista. Trabajó a favor del desarrollo de museos del estado de Guanajuato. Su estilo se caracteriza por una extensa gama cromática y la integración de elementos de la naturaleza, como plantas, frutas y flores. Dibujó paisajes, naturaleza muerta y retrato.
“La pasión por México desató mi amor por la pintura”
Sin lugar a dudas, María del Carmen Mondragón, mejor conocida como Nahui Olin, que además de pintora, ocupa un lugar interesane como poetisa mexicana. Fue hija de un general del Porfiriato y su obra pertenece al naíf (espontaneidad e ingenuidad). Hizó múltiples autorretratos, con sus característicos ojos verdes, recreó imágenes típicas de México.
«Soy un ser incomprendido a quien ahoga el volcán de pasiones, de ideas, de sensaciones, de pensamientos, de creaciones que no pueden contenerse en mi seno, y por eso estoy destinada a morir de amor, del único amor para soportar el cual mi alma fue creada y para el que debo ser la vestal más fiel en mi templo sagrado de amor».
