Sofia Bassi, una artista reconocida por una situación que la marcó para siempre. La pintora llevaba la carga de un asesinato que la llevó a la cárcel por cinco años, donde pasó la mayoría del tiempo creando su arte. Además de dedicarse a las artes plásticas, también incursionó en la escritura, destacó principalmente por ser de la corriente del surrealismo. Precisamente tras las rejas fue cuando se le presentó la oportunidad de realizar su primer mural, en la prisión en Acapulco. Tuvo todo el apoyo de Alberto Gironella, José Luis Cuevas, Rafael Coronel y Francisco Corzas. Actualmente el mural se encuentra en el Palacio Municipal de Acapulco.
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Bassi era originaria de Veracruz, su nombre completo fue Sofía Celorio Mendoza, pero ella decidió modificarlo para fines artísticos. Sus estudios en la escuela los enfocó a la filosofía en la UNAM, abandonando la carrera dos años después. Y para 1964 aprendió por sí sola a pintar, siendo así que decidió tomar ese camino.
La pintora llevaba una vida mas o menos normal, de muy joven se casó y tuvo a sus dos hijos, Hadelin y Claire Diericx. Tiempo después se divorció y contrajo matrimonio con un hombre de familia noble mexicana, llamado Gianfranco Bassi. Con él tuvo a su último y tercer hijo Franco.
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El crimen
La cárcel aguardaba a la pintora luego de un crimen que cometió. Supuestamente fue en contra del esposo de su hija Claire, un conde de origen italiano Cesare D Acquarone, la teoría dice que su cuerpo amaneció flotando el 2 de enero de 1966 en la alberca de su residencia. Bassi lo que hizo fue llamar a la policía para informar lo sucedido y «confesando» haber disparado accidentalmente contra el conde después de que le pidió llevarle el arma para enseñarle algunas técnicas de caza.
Sin embargo la autopsia revelaba otra cosa. El conde presentó cinco disparos en el cuerpo lo cual apuntaba a un crimen con saña. Parecía que la asesina había sido en realidad Claire, ya que se enteró que el conde abusaba sexualmente de su hermano menor. Cuando Sofia (su madre) llegó a la residencia decidió culparse a ella misma y salvar a su hija.
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Los jueces le dieron once años de condena, pero Bassi solo cumplió cinco años. Esto, debido a la presión que varios de sus amigos artistas y medios de comunicación ejercieron hacia los jueces. Durante esos largos años se dedicó a su obra y se dice que fue cuando más fructífera se volvió su carrera. Incluso el mural que se menciona en un inicio fue un símbolo de protesta, una iniciativa impulsada por sus amigos pintores José Luis Cuevas, Alberto Gironella, Rafael Coronel y Francisco Corzas.
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Obra y estilo
El reconocimiento por la obra plástica de Sofia fue por la línea surrealista que seguía, incluso se hizo de un nombre importante a quien respetaban por igual artistas famosos y gente de clase alta. Hasta José Luis Cuevas se refirió a ella como «una pintora que realmente emociona», y Antonio Rodríguez la reconocía como «una de las artistas más inquietantes por vital y auténtica».
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Cinthia Flores
Fotógrafa y reportera.
