La Bauhaus, se fundó en 1919 por Walter Gropius en Weimar, Alemania. Y es aclamada como una de las escuelas de diseño más influyentes del siglo XX. Su filosofía de integrar el arte y la artesanía, rompiendo barreras entre disciplinas, atrajo a mentes brillantes de todo el mundo. Entre ellas, un número significativo de mujeres visionarias. Las mujeres de la Bauhaus, a pesar de la promesa de igualdad de la escuela, se encontraron con un camino plagado de obstáculos y relegación por parte de sus colegas masculinos.
Inicialmente, la Bauhaus se presentó como un espacio de igualdad. Gropius declaró: «No habrá diferencias entre hombres y mujeres en la admisión, ni en las oportunidades de enseñanza». Y al principio, las mujeres representaron más de un tercio de los estudiantes. Atraídas por esta promesa de libertad creativa y la oportunidad de desarrollar sus talentos sin las restricciones de las academias tradicionales, muchas llegaron con grandes expectativas.
LA BAUHAUS Y SU ICÓNICA INFLUENCIA EN LA MODA

Los obstáculos y relegación en los talleres de la Bauhaus
Sin embargo, la realidad pronto se impuso. A pesar de la retórica inclusiva, las mujeres fueron sistemáticamente dirigidas y, en muchos casos, relegadas a talleres considerados «femeninos» o «menos técnicos». El taller de textiles se convirtió en el principal destino para la mayoría de las estudiantes.
Mientras que las clases como el de arquitectura, metalurgia, escultura o carpintería estaban dominados por hombres. Maestros como Gropius y László Moholy-Nagy a menudo sostenían la creencia de que las mujeres poseían una «mente bidimensional». O eran inherentemente más adecuadas para trabajos con tela y color, en lugar de para la construcción o la ingeniería.
Esta segregación no solo limitó su campo de estudio y experimentación, sino que también minimizó la percepción de su contribución artística e intelectual. Sus diseños textiles, innovadores y revolucionarios en su momento, no siempre recibieron el mismo reconocimiento. O el mismo estatus que las piezas arquitectónicas y escultóricas creadas por sus compañeros masculinos. La lucha para las mujeres de la Bauhaus por ser reconocidas fue ardua.
EL BALLET TRIÁDICO DE LA BAUHAUS, UNA CREACIÓN DE OSKAR SCHELMMER

Además, enfrentaron un ambiente de condescendencia y, en ocasiones, de abierta discriminación, donde sus ideas se desestimaban o sus logros eran minimizados. A pesar de estos desafíos, las mujeres de la Bauhaus no se quedaron en silencio. Fue a través de su resiliencia, talento innegable y perseverancia que lograron alzar la voz y, finalmente, destacarse a través de su trabajo. Con la excelencia de sus creaciones, demostraron que sus habilidades iban mucho más allá de las expectativas limitadas de la época, confirmando que ser parte de mujeres de la Bauhaus significaba romper barreras.
Las alumnas de la Bauhaus que rompieron esquemas en el arte y diseño
Mujeres como Gunta Stölzl, quien se convirtió en la primera y única maestra mujer de la Bauhaus (dirigiendo el taller de tejido), revolucionaron la producción textil con sus diseños abstractos y el uso innovador de materiales. Anni Albers, otra figura destacada del taller textil, elevó el diseño textil a una forma de arte mayor, explorando las posibilidades de los hilos como si fueran líneas y colores en una pintura.
Su trabajo no solo fue estéticamente vanguardista, sino también técnicamente sofisticado. Otras, como Marianne Brandt, a pesar de las barreras, lograron incursionar en el taller de metalurgia, creando diseños icónicos de lámparas y objetos para el hogar que hoy son símbolos de la modernidad y el diseño industrial. Ella no solo fue una estudiante brillante, sino que también dirigió temporalmente el taller de metal, demostrando su capacidad de liderazgo y su visión técnica. Sin duda, al hablar de mujeres de la Bauhaus como ellas, reconocemos su legado.
Quiénes fueron las mujeres arquitectas de la Bauhaus

A pesar de ser relegadas y subestimadas, las contribuciones de las mujeres se reflejaron el espíritu y la estética de la Bauhaus. Hoy, su trabajo es justamente celebrado, la narrativa de la Bauhaus se reescribió para incluir las voces y los talentos que una vez quedaron en la sombra, destacando la importancia de las mujeres de la Bauhaus en ese cambio.
Las tarifas para estudiar en la Bauhaus
Otra de las polémicas más sonadas de la historia de la Bauhaus fueron los costos para que los alumnos pudieran pagar. Aunque la escuela se proclamaba como un espacio de igualdad y sin diferencias de género en la admisión, inicialmente se planteó la idea de cobrar tarifas de matrícula diferentes, más altas para las mujeres. Al principio de la institución, en 1919, se llegó a considerar que los hombres pagaran 150 marcos por semestre y las mujeres 180. La propuesta, tal vez influenciada por la propia inclusión de las mujeres de la Bauhaus, finalmente se modificó.
Así fueron las increíbles fiestas de disfraces de la Bauhaus

La razón detrás de esta propuesta discriminatoria, aunque no se explicaba abiertamente, se interpretó como un intento de desincentivar la alta matrícula femenina y mantener una proporción de estudiantes más «equilibrada» (es decir, con menos mujeres), dado que el interés de las mujeres en la escuela fue masivo desde el principio. Sin embargo, finalmente se decidió establecer una matrícula igual para ambos sexos, de 180 marcos. Afortunadamente, las mujeres de la Bauhaus defendieron su acceso a la educación igualitaria.
Vic Vertigo
Redactora con 5 años de experiencia en el periodismo. Reportera especializada en cultura alternativa. Lee mi columna para un análisis profundo de las subculturas, arte urbano y la escena disidente de la urbe.





