5 PELÍCULAS DE HORROR, DEL EXPRESIONISMO ALEMÁN
CINE

5 PELÍCULAS DE HORROR, DEL EXPRESIONISMO ALEMÁN

El expresionismo alemán, aquella visión alterada de la realidad resultado de la Primera Guerra Mundial. Del predominante romanticismo, la devastación dejó un alarido de desesperación que no tuvo reparo en ocultar sus cicatrices en cada disciplina artística.

Estas almas oscuras fueron el rostro de Alemania durante más de una década: el ser humano es el verdadero monstruo detrás de cada tragedia. Esta fue tesis expuesta muchos años atrás por Mary Shelley en Frankenstein, influencia clave en la gran mayoría de estas obras.

A continuación, 5 recomendaciones de cinco filmes de horror esenciales para entender el turbio mundo onírico de esta corriente.

PELÍCULAS MEXICANAS DE TERROR Y SUSPENSO DISPONIBLES EN YOUTUBE

Das Cabinet des Dr. Caligari (El Gabinete del Dr. Caligari, 1920)

Bajo el referente visual establecido por El Estudiante de Praga (1913), Robert Wiene dirigió el filme considerado como el inicio de la corriente en el cine. El guión tiene su origen en las experiencias durante la Primera Guerra Mundial de los escritores Carl Mayer y Hans Janowitz, quienes encontraron en el personaje de Cesare, el sonámbulo a merced de las órdenes del doctor para cometer sus asesinatos, la alegoría perfecta del soldado enviado a la guerra sin cuestionar las órdenes.

La historia del doctor Caligari es el primer gran ejemplo de los espacios distorsionados, una escenografía de tono fantástico, el juego de claroscuros y el marcaje de sombras en la iluminación y en aquel entonces, hasta el entintado del celuloide. Un drama de misterio cubierto por la siniestra máscara de sus personajes y espacios. Incluso Werner Krauss, actor encargado de interpretar al villano, fue quien sugirió su maquillaje y vestuario para ir más acorde a lo plasmado en la pintura.

Además, su final también quedó marcado como el primer gran giro narrativo en la historia del cine.

CINCO PELÍCULAS DE TERROR INSPIRADAS EN LA LITERATURA DE LOVECRAFT

Der Golem (El Golem, 1920)

Esta es la tercera adaptación dirigida y estelarizada por Paul Wegener sobre la mitológica criatura cuyos orígenes residen en el folclor judío. Las primeras dos cintas quedaron perdidas pero esta, ya con elementos de la novela escrita por Gustav Meyrink, sobrevivió como uno de los primeros ejemplos de expresionismo en el cine.

En un barrio medieval de Praga, el Rabino Loew observa las estrellas en busca de presagios para ayudar a su gente. Sin embargo, el Emperador ha decretado que todos los judíos serán expulsados de la ciudad. La única forma para salvarlos, es con ayuda del Golem, una criatura hecha de arcilla por Loew que necesita de intervención mágica para vivir. Con ayuda del demonio Astaroth, logra crear un amuleto que al introducirse en el pecho del Golem, este cobra vida. Impresionados por el logro, la corte del Emperador perdona a los judíos, aunque el monstruo será poseído por la entidad maligna de Astaroth.

Karl Freund, director de fotografía, continúo una destacada e influyente carrera junto a Fritz Lang en Metropolis y al mudarse a Estados Unidos, siendo uno de los primeros talentos extranjeros en darle forma al cine de horror de Universal Studios, cuya sombría iluminación está tomada directamente en el expresionismo. Esto lo podemos ver en su trabajo para Drácula, La Momia y Murders in the Rue Morgue (Los crímenes de la calle Morgue).

LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL DESDE LA PERSPECTIVA DEL CINE ALEMÁN

Faust (Fausto, 1926)

Junto a su adaptación libre al Drácula de Bram Stoker en Nosferatu, F.W. Murnau se volvió un referente en la corriente. Una tenebrosa visión que, al igual que El Golem, mezcla las raíces del folclor con el clásico escrito por Goethe.

El personaje de Fausto, un vetusto alquimista, se ve envuelto en medio de una apuesta entre Mefistófeles y un Arcangel. El demonio, asegura que puede corromper el alma de un hombre puro. Para ello, envía una plaga a su pueblo y sin que Dios responda las oraciones del viejo, crece una enorme decepción en él. En su arranque de frustración, quema todos sus libros salvo uno que abre sus páginas misteriosamente.

Sus letras, hablan sobre un pacto con el Diablo en una encrucijada (de aquí el origen del mito de Robert Johnson, por cierto). Fausto realiza el conjuro y durante un día, recibe la ayuda de Mefistófeles. Al principio sus nuevas habilidades resultan de mucha ayuda con sus vecinos, pero lo rechazan pronto pues la naturaleza siniestra de su energía, pronto se descubre cuando notan que es afectado por los crucifijos. Refugiado en su hogar, Fausto extiende el pacto con el demonio: su alma a cambio de eterna juventud.

Sus espectaculares efectos especiales para crear la oscura figura de Mefistófeles, cubriendo bajo su manto la villa, siguen siendo impactantes. Sobresale el uso de una fuente única de luz en exteriores, cual halo divino. Incluso algunos encuadres hacen guiño a la famosa pintura de Gustave Doré inspirada por La Divina Comedia. Woody Allen le rendiría un enorme homenaje a esta obra en su comedia Shadows and Fog de 1991.

Murnau se mudó al siguiente año a Hollywood, donde a pesar de un soberbio debut con Sunrise, fue presa de las limitaciones artísticas de los estudios. Falleció en 1941 en un aparatoso accidente automovilístico a los 42 años.

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Orlacs Hände (Las Manos de Orlac, 1924)

Un logro más en la filmografía de Wiene. Basada en la novela francesa del mismo nombre escrita por Maurice Renard, el director buscó conjugar escenarios más realistas, de índole gótica, con las tomas de fantasía, una auténtica cátedra del uso de los close ups, la iluminación enfocada hacia un solo punto y la neurosis habitual de estos personajes.

Orlac es un pianista que pierde sus manos tras ser arrollado por un tren. Su esposa, desesperada por la situación, le pide a un cirujano que practique cualquier método posible para salvarlo. La solución es bastante atípica: un trasplante de manos. Pero no se tratan de extremidades cualquiera, pues pertenecieron a un cruel asesino. La operación fue todo un éxito, aunque Orlac no puede tocar de nuevo con sus nuevas manos. A punto de la quiebra, una nueva sed de violencia despierta en el hombre, dispuesto a asesinar para llevar dinero a casa.

Aquí entra de nuevo Karl Freund, quien dirigió una adaptación estadounidense para MGM junto al maestro Peter Lorre en 1935.

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Vampyr – Der Traum des Allan Gray (Vampyr, la bruja vampiro, 1932)

Bajo la misma línea que la anterior de mezclar realismo con la excentricidad de las sombras expresionistas. Dirigida por el danés Carl Theodor Dreyer, es una adaptación libre de varias historias escritas por Sheridan Le Fanu, incluido el famoso relato de Carmilla.

Allan Gray es un estudiante de las artes ocultas que llega a una villa en Francia. Sin saberlo, todo el lugar está bajo el dominio de una vampira. Junto a los pocos humanos fuera de su control, deberá llegar hasta la Mansión donde yace el cuerpo de la mujer que maldijo al pueblo.

Dreyer lleva la influencia expresionista a nuevos terrenos, siendo no solo la única película sonora de este listado, sino con el uso de sus famosos cuadros fuera de foco (implementados en su anterior película, La pasión de Juana de Arco), con los rostros ligeramente borrosos en relación al espacio y efectos especiales orientados a la sobre exposición de las imágenes. El tema central recae es el miedo, no solo a lo desconocido, a la vampira o a lo sobrenatural, sino a las consecuencias del propio actuar.

Texto por: Mario David García Valencia, coordinador de programación en Macabro: Festival Internacional de Cine de Horror de la Ciudad de México.

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Cinthia Flores

Fotógrafa y reportera.