¿Sabías que Guillermo del Toro fundo su primera productora a los 21 años de edad? Te platicamos sobre Necropia, el estudio de maquillaje y efectos especiales del ganador del Oscar.
Guillermo del Toro nació un 9 de octubre de 1964 en Guadalajara, México, hijo de Guadalupe Gómez y Federico del Toro Torres. Debido al constante acoso que sufrió por parte de sus compañeros, y de la educación extremadamente católica que recibió; el joven Del Toro pasaba sus días maravillándose con cuanto cómic, libro o película encontrara. Pronto, adquirió una inquietante fascinación por los monstruos y el arte; que más tarde se convertirían en motor y elemento ínfimo de su obra.
De chico pasaba horas dibujando todos sus monstruos favoritos de películas como ‘Frankenstein’, ‘El fantasma de la ópera’ y ‘La criatura de la laguna negra’. Cuando cumplió ocho años, comenzó a experimentar con la cámara Super 8 de su papá, haciendo cortometrajes con juguetes y otros objetos del ‘Planeta de los Simios’.
Muchos de aquellos primeros pininos cinematográficos son rememorados en su libro El gabinete de curiosidades de Guillermo del Toro: mis cuadernos, colecciones y otras obsesiones (2013). Se trata de una pieza ilustrada que de primera mano nos sumerge en el proceso creativo del genio del cine. Los protagonistas de estas películas a menudo eran figuras anatómicamente correctas esculpidas por Del Toro, quien las filmaba mientras aterrizaban estrepitosamente contra el pavimento.
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Fue en 1985, a los 21 años de edad, cuando el futuro cineasta recibió el consejo que le cambiaría la vida. Estaba trabajando en la película ‘Doña Herlinda y su Hijo’ con el realizador mexicano y su mentor, Jaime Humberto Hermosillo, quien le dijo que «si no se presentaba un camino, debía construir uno».
Entonces, Del Toro se fue y creó la primera casa de maquillaje de efectos especiales en México: Necropia.
Para aprender más sobre el arte del maquillaje FX, Del Toro viajó a Nueva York para tomar clases con el legendario maquillador Dick Smith (‘El exorcista’, ‘El padrino’, ‘Taxi Driver’ y muchos otros clásicos del cine). Guillermo a menudo rememora que tras haber visto ‘El exorcista’ cuando niño, salió corriendo a comprar el famoso kit de maquillaje de Dick Smith. A menudo atribuye su carrera al californiano -llamado ‘El padrino del maquillaje’-, quien se convirtió no solo en su maestro, sino también en amigo cercano hasta su fallecimiento en 2012.
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Guillermo emprendió una aventura en el extranjero para aprender del mejor sobre cómo retratar y materializar a las criaturas de sus sueños. Luego de haber adquirido valiosos conocimientos; a su regreso a México habló con Rigoberto Mora —amigo íntimo del tapatío e impulsor de la animación stop motion—. Juntos, fundaron Necropia en 1985.
Necropia alude a la necropsia, procedimiento realizado a un cadáver con la finalidad de investigar y determinar las causas de su muerte. El trabajo del equipo de 15 personas en Necropia consistía en elaborar efectos especiales a base de máscaras de látex y otros materiales que ofrecían un asombroso resultado para las audiencias .
Colaboró con directores como Arturo Ripstein (‘Profundo carmesí’) y Luis Estrada (‘La ley de Herodes’). Durante diez años, mientras lideró Necropia como maquillador, Guillermo también fue supervisor de varias películas y programas de televisión en México; como ‘Bandidios’ (1991), ‘Cabeza de Vaca’ (1991) y más de veinte episodios de ‘La Hora Marcada’ (1986), la versión mexicana de ‘The Twilight Zone’. En este último proyecto estrechó lazos con Alfonso Cuarón, quien hizo las labores de director.
El trabajo de Guillermo con Necropia le dio la experiencia que necesitaba para seguir su carrera como director; así que cuando comenzó a filmar su largometraje debut, ‘Cronos’ (1993); decidió cerrar el estudio de efectos especiales, argumentando que ya había cumplido su propósito.
‘Cronos’ ganó numerosos elogios, incluido el Premio de la Semana de la Crítica (1993) en el Festival de Cine de Cannes, y nueve Premios de la Academia Mexicana.
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Aunque Necropsia cerró, los aprendizajes y experiencias que allí adquirió le perseguirían de por vida y Del Toro continuó explotando sus fantásticas habilidades de maquillaje en siguientes proyectos. Una de sus obras más populares hasta la fecha, ‘Hellboy’, basada en el cómic de Mike Mignola sobre un gran demonio rojo que llega a la Tierra a través de rituales mágicos nazis; es el ejemplo perfecto de ello.
Realizar el filme fue tan apasionante para el director, que rechazó tentadoras propuestas incluidas ‘Harry Potter y el prisionero de Azkaban’ y ‘Blade Trinity’, para hacerlo. Le tomó un tiempo, pero finalmente encontró un estudio dispuesto a arriesgar por su visión; asociándose con el maquillador ganador del Oscar Rick Baker (otro aprendiz de Dick Smith); artista detrás de ‘Men in Black’ (1997), «Thriller» de Michael Jackson (1983), ‘Star Wars Episodio IV: Una nueva esperanza’ (1977), entre otros títulos.
Juntos, Del Toro y Baker, concibieron los aparatos faciales y de cuerpo completo usados por el actor Ron Perlman. El maquillaje FX estaba tan bien hecho que debajo de esos cuernos y piel roja, el rostro de Perlman aún era reconocible. La atención al más mínimo detalle, como los intrincados patrones dibujados en el pecho y los brazos de Hellboy, es lo que hace que las creaciones de maquillaje en las películas y mundos de Del Toro sean tan memorables e inmersivas.